El Día de Acción de Gracias es una de las celebraciones más arraigadas en EUA, un momento en el que millones de familias se reúnen para compartir alimentos y expresar gratitud por lo vivido. Aunque actualmente se asocia con cenas abundantes y reuniones familiares, su origen está profundamente ligado al agradecimiento por las cosechas y a la idea de reconocer los periodos de prosperidad. Esa esencia se ha mantenido intacta por siglos y continúa marcando el espíritu de la festividad cada cuarto jueves de noviembre.
El origen de esta tradición se remonta a 1621, cuando los colonos ingleses asentados en Plymouth, en lo que hoy es Massachusetts, enfrentaban las consecuencias de un invierno particularmente duro. Tras superar ese periodo, lograron una primera cosecha exitosa y la compartieron con los nativos americanos de la zona como gesto de agradecimiento. Durante tres días convivieron y disfrutaron de alimentos como pavo, calabazas y frutas secas, dando origen a lo que con el tiempo se convertiría en una de las celebraciones más representativas del país.

Con los años, el significado de aquella reunión trascendió lo local. En 1789, el presidente George Washington proclamó el Día de Acción de Gracias como festividad nacional, aunque durante décadas cada estado eligió celebrarlo en fechas distintas. No fue sino hasta 1863, en plena Guerra Civil, cuando Abraham Lincoln estableció que la celebración tendría lugar el último jueves de noviembre. Finalmente, en 1941, el Congreso formalizó ese día como feriado oficial en todo el país, consolidando una tradición que ya era parte esencial de la identidad estadounidense.
¿En México se celebra el Día de Acción de Gracias?
Aunque para la mayoría de los mexicanos el día transcurre con normalidad, hay regiones donde la celebración es parte del paisaje cultural. En ciudades fronterizas como Tijuana, las familias con vínculos en EUA mantienen la costumbre de preparar la cena o incluso cruzar para celebrarla. También en lugares con fuerte presencia de residentes estadounidenses, la fecha se vive con especial intensidad: hoteles, restaurantes y espacios gastronómicos diseñan cenas completas que replican la tradición.

Destinos turísticos como Puerto Vallarta, Riviera Nayarit, Cancún, Los Cabos y Cozumel también suelen ofrecer opciones especiales para los visitantes, mientras que en la Ciudad de México varios restaurantes aprovechan la ocasión para presentar menús temáticos. El Día de Acción de Gracias se ha convertido en una celebración híbrida: una mezcla de influencia cultural estadounidense y experiencia culinaria que muchos esperan cada año.
¿El Día de Acción de Gracias será día de descanso en México?
En México, el Día de Acción de Gracias no es feriado ni se reconoce como descanso obligatorio, por lo que las escuelas y centros de trabajo operan de manera habitual. Aunque la fecha no está incluida en el calendario laboral oficial, la celebración no pasa desapercibida: diversos restaurantes y hoteles preparan menús especiales inspirados en los clásicos de la cena estadounidense, desde el tradicional pavo hasta el puré de papa, el stuffing, el gravy y el pay de calabaza. Para muchas personas, más que un día libre, se ha convertido en una oportunidad para disfrutar una buena comida en compañía.
En ciudades con presencia de comunidades extranjeras —como familias binacionales, expatriados y turistas— la festividad conserva gran fuerza. Incluso entre semana, Acción de Gracias reúne a quienes mantienen viva la tradición aunque en México no represente un día de descanso.

¿Qué lleva la cena tradicional del Día de Acción de Gracias?
La cena de Acción de Gracias —celebrada cada cuarto jueves de noviembre, principalmente en EUA— gira alrededor de una mesa llena de platillos que simbolizan abundancia, gratitud y tradición. El elemento central es el pavo horneado, generalmente relleno con una mezcla de pan, hierbas, vegetales y especias que varía según cada familia. Este platillo se acompaña de una serie de guarniciones clásicas que han permanecido a través de generaciones.
Entre las más comunes se encuentran el puré de papa con gravy, la salsa de arándanos —que aporta un contraste dulce y ácido—, el pan de elote y los ejotes preparados con crema y cebolla frita. También es habitual incluir verduras asadas, macarrones con queso y diferentes estilos de relleno o stuffing, dependiendo de las costumbres regionales.

Para cerrar la velada, los postres toman protagonismo. El pay de calabaza es el favorito indiscutible, aunque también se sirven pay de nuez, de manzana o de camote, acompañados generalmente de crema batida o helado de vainilla. La combinación de todos estos sabores convierte la cena en un momento íntimo que reúne a familias y amigos alrededor de la mesa para compartir agradecimientos y celebrar la unión.