La posibilidad de que se registre caída de nieve en Monterrey genera interés cada temporada invernal, especialmente por los antecedentes históricos y las condiciones geográficas del estado. Aunque hasta el momento el Sistema Meteorológico Nacional no ha confirmado un evento de este tipo, especialistas coinciden en que el fenómeno es poco frecuente, pero posible bajo escenarios específicos.
¿Qué condiciones se necesitan para que nieve en Nuevo León?
Para que ocurra una nevada en Monterrey o su zona metropolitana, deben coincidir varios factores atmosféricos. Es indispensable que las temperaturas desciendan a 0 grados Celsius o menos en superficie y que exista un sistema que aporte humedad suficiente.
Estos escenarios suelen presentarse cuando ingresan ondas árticas o frentes fríos intensos, capaces de transportar aire polar continental hacia el noreste de México. Sin humedad, el descenso térmico por sí solo no genera nieve.
Zonas con mayor probabilidad de nieve en el estado
Aunque el área metropolitana rara vez registra acumulaciones, las zonas serranas de Nuevo León concentran la mayor probabilidad debido a su altitud. El Cerro del Potosí, en Galeana, es considerado el punto con mayor recurrencia de nevadas.
También se reportan eventos invernales en la Sierra de la Marta, así como en municipios del sur como Rayones, Iturbide, Zaragoza y las partes altas de Santiago, donde las condiciones orográficas favorecen el descenso térmico.

¿Puede nevar dentro del área metropolitana de Monterrey?
Dentro de la zona urbana, los registros se limitan a aguanieve o capas muy ligeras. Sitios como el Parque Ecológico Chipinque y los puntos más altos del Cerro de las Mitras han presentado episodios aislados de blanqueamiento.

Estos eventos suelen ser breves y no generan acumulaciones significativas, pero confirman que el fenómeno no es imposible bajo condiciones extremas.
La nevada histórica de 1967: el referente invernal
El 9 de enero de 1967 permanece como la nevada más intensa registrada en Monterrey. Durante ese evento, se reportaron acumulaciones de entre 40 y 60 centímetros, lo que provocó la suspensión de actividades, afectaciones viales y cortes en el suministro eléctrico.
El fenómeno estuvo asociado a una intensa masa de aire polar que cubrió gran parte del norte del país. A más de cinco décadas, este episodio continúa siendo el principal referente al evaluar la posibilidad de una nueva nevada en la ciudad.
