Amor a su familia la hace cambiar y luchar contra el cáncer
Claudia se siente agradecida por toda la experiencia de vida que ha enfrentando tras su diagnóstico de cáncer del cual es una sobreviviente
Hace 14 años, Claudia Leticia Jasso Rodríguez sintió un fuerte dolor en un codo, molestia que se le recorría hasta el hombro.
Tenía sólo 37 años y una linda familia.
Para esta vecina de Villas de San Carlos, en Apodaca, el cáncer de mama no existía. Es más: ella nunca se había autoexplorado.
"El error bien grande que yo cometí fue automedicarme como un mes más o menos", lamenta.
En la clínica familiar, la enfermera la revisó y ocurrió el hallazgo.
"Ella me encontró una masa que ni yo me había visto yo, que estaba abajo de pezón, y muy acertada la enfermera de PrevenIMSS me dio el pase para un eco mamario", detalla.
Era el 2010, el peor año de su vida.
"Piensas en la muerte. Y dije: yo voy a morir", recuerda.
Estaba en absoluta negación: tapizó las ventanas de su recámara con periódico para que nadie la viera.
Así estuvo un mes. Pero su hijo, entonces de sólo 4 años, la hizo cambiar.
"Él me dijo: "Mami, tus lágrimas me ponen triste". Y eso me dolió, me dolió mucho. Yo me dije: "Claudia no has empezado a luchar y ya te lloraste, ya te mataste y ya te enterraste sola", rememora.
El cambio se produjo.
"Yo le decía a mi bebé, a mi niño: es que me duele la cabeza, si me das un besito se me quita. Él me dijo: "Te voy a dar dos, ¿y con eso te levantas?" Le dije: "Sí". Él me da sus besitos, se salió y ahí fue cuando yo me levanté", presume.
El médico le diagnosticó cáncer categoría 5, uno de los más agresivos, y le advirtió: si ella no hacía nada, viviría sólo seis meses.
Por amor a su familia, ella se puso en manos de la ciencia. Y fue rápido: a un mes de su diagnóstico, ya estaba operada.
Le quitaron un seno y los ganglios de la axila porque estaban contaminados.
En un año, recibió 8 radioterapias y 25 radiaciones.
Luego, vino su premio.
"Me dieron de alta", destaca.
Estuvo en control durante cinco años, tiempo que aprendió la autoestima con los grupos de autoayuda y con el personal del IMSS.
"Más que un seno que perdí, gané. Todo eso no lo hubiera logrado sin ayuda", aclara.
Hoy, esta abuelita de 51 años de edad, es sobreviviente y sólo tiene palabras de agradecimiento para el IMSS.
"Con todo ese equipo del Hospital 67, realmente hoy les quiero decir: ¡Gracias!"
Claudia se capacitó en tanatología, la ciencia que ayuda a disminuir el sufrimiento. Y, además, estudia Psicología porque así como a ella la ayudaron, quiere ayudar a otros.
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