Tamaulipas refuerza su papel como polo energético nacional con el desarrollo de proyectos estratégicos que contemplan desde la instalación de plantas solares, hasta la producción de biocombustibles y energía a partir del reciclaje de plásticos no procesables.
El secretario de Desarrollo Energético de Tamaulipas, Walter Julián Ángel Jiménez, confirmó que en Altamira se encuentran en etapa de factibilidad dos plantas fotovoltaicas, una impulsada con inversión pública dentro del Polo de Bienestar y otra de carácter privado que ya cuenta con la aprobación del Cabildo.
Ambas prevén iniciar su construcción el próximo año y generar alrededor de 100 a 150 empleos directos durante la fase de obra, además de fortalecer la cadena de proveeduría local con insumos y materiales.
En paralelo, se proyecta la instalación de la primera planta de producción de biocombustibles en el país, cuya materia prima será principalmente sorgo y, de manera complementaria, caña de azúcar.
Este complejo tendría una inversión estimada en 100 millones de dólares, con la meta de replicar tecnología internacional, pero privilegiando procesos de ingeniería nacional para reducir la dependencia del extranjero.
“Estamos hablando de más de 500 empleos en la etapa de construcción y de operación técnica especializada, con un efecto multiplicador en la economía local y regional. Además, queremos incorporar a las universidades para que los planes de estudio se ajusten a las nuevas tecnologías que llegarán a Altamira”, destacó Ángel Jiménez.
Otro de los proyectos en planeación es una planta de fragmentación de plásticos no reciclables, como carcasas de teléfonos celulares; este desarrollo forma parte del modelo de economía circular, ya que permitirá convertir polímeros en querosenos, gasolina y diésel de bajo impacto ambiental.
El funcionario estatal precisó que, en conjunto, estos proyectos colocan a Altamira como eje estratégico de la transición energética y la diversificación de fuentes, al tiempo que responden a la creciente demanda eléctrica de la zona industrial del sur de Tamaulipas, estimada en alrededor de 5 mil megawatts, con un crecimiento anual del 4%.
Además de las plantas solares y de bioenergía, el gobierno estatal trabaja con la federación en la licitación de una central de ciclo combinado, así como en la construcción de nuevas subestaciones eléctricas para reforzar las redes de transmisión, disminuir los apagones y garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico.
“Estos proyectos no solo significan más energía, significan desarrollo, empleos, inversión y oportunidades para nuestros jóvenes. Altamira y Tamaulipas se están consolidando como una de las regiones más fuertes en materia energética del país”, subrayó.
Con estas iniciativas, Tamaulipas avanza hacia un modelo energético más diversificado, sustentable y competitivo, en sintonía con las políticas federales de transición y con una visión de largo plazo que coloca al estado en la vanguardia de las energías limpias y alternativas.