El reciente anuncio del gobierno de Estados Unidos sobre el aumento en el costo de las visas de turista a partir de octubre ha generado preocupación entre los residentes de la frontera mexicana, quienes dependen de este documento para realizar actividades cotidianas en territorio estadounidense.
Actualmente, el costo para tramitar una visa americana de no inmigrante es de 185 dólares. Sin embargo, a partir de octubre de 2025 se sumará un nuevo cargo obligatorio denominado Visa Integrity Fee, que añadirá 250 dólares adicionales, elevando el costo total a 435 dólares, es decir, cerca de 7 mil 800 pesos mexicanos al tipo de cambio actual.
Para muchas familias fronterizas, este incremento representa un golpe significativo a su economía. Las actividades transfronterizas como compras, estudios, turismo y atención médica son parte esencial de la vida diaria en esta región.
“Si le van a aumentar un chorro, bastante, más de 400. Lo bueno es que la tenemos y todavía no se nos vence en un buen. Hay que cuidarla bastante porque no te la dan o te la niegan y perder es mucho dinero, la verdad”, opinó Suany Bonilla, quien actualmente cuenta con una visa vigente.

En contraste, algunos ciudadanos consideran que el gasto, aunque elevado, es una inversión necesaria. Luis Macías, habitante de Reynosa, señaló: “Es realmente un sacrificio de parte de la ciudadanía que se tiene que hacer. Si lo requieres, tienes que hacerlo a como puedas. Ya estamos resignados a cualquier situación”.
Por su parte, María del Carmen López opinó que el costo es excesivo para quienes solo cruzan por razones familiares o recreativas. “Es mucho lo que están cobrando, es demasiado dinero. Habemos personas que no venimos a comprar grandes cosas, pero sí venimos de paseo, a traer a los niños”, expresó.
En un breve sondeo realizado entre usuarios de los cruces, otros ciudadanos coincidieron en que “no está justificado” el nuevo cobro, debido al alto costo de vida y los ingresos promedio en la región fronteriza.
Además del aumento, también ha crecido la preocupación por las revisiones más estrictas en los puentes internacionales y la escasa habilitación de carriles de revisión. Usuarios habituales han reportado demoras de hasta cuatro horas para cruzar, así como inspecciones que incluyen la revisión de teléfonos celulares.

Roberto Cruz, consejero de la Federación de Cámaras de Comercio (Fecanaco), explicó: “En días cruciales solamente están abiertos dos filas de revisión de la aduana americana. Las nuevas políticas migratorias han llevado a revisiones más minuciosas, incluso los agentes del CBP han revisado teléfonos, lo que genera demoras más largas”.
A pesar del contexto, la actividad comercial y turística entre Reynosa y el Valle de Texas continúa, aunque con ciertas reservas. Incluso algunos ciudadanos estadounidenses han mostrado empatía hacia los mexicanos y su necesidad de mantener la dinámica transfronteriza.
“Que vayan, que vayan a gastar el dinero allá, sí que tienen todo su derecho también como uno”, expresó Samuel de Hoyos, residente del Valle de Texas.
El nuevo costo de la visa representa no solo un reto económico, sino también un desafío logístico para miles de familias que viven en la frontera y cuya cotidianidad depende del cruce legal hacia Estados Unidos.