Huertos familiares, alternativa ante el deterioro ambiental

Los huertos familiares permiten a las personas cultivar sus alimentos en pequeños terrenos, libres de contaminantes, con un mayor control sobre lo que consumen
El deterioro ambiental causado por las emisiones contaminantes, la mala disposición de la basura y otras prácticas humanas ha impactado gravemente al planeta.
Uno de los efectos más visibles de esta problemática es la calidad de los alimentos, pues cada vez es más común escuchar que lo que se consume puede ser dañino para la salud, especialmente cuando se trata de productos procesados.
Como respuesta a esta situación, especialistas en medio ambiente promueven los huertos familiares como una alternativa sustentable.
Estos espacios permiten a las personas cultivar sus propios alimentos en pequeños terrenos, libres de contaminantes, con un mayor control sobre lo que consumen y fomentando así una alimentación saludable.
“Podemos tener todo lo que son plantas de olor, tenemos por ejemplo plantas medicinales, podemos tener todo lo de hortalizas... por ejemplo, el apio que es medicinal. Ahorita, ya ves cómo está el chile en el mercado, aquí lo puedes cosechar, el que necesites, porque la planta ya tiene un año y sigue dando”, explicó Enrique Oviedo Herbert, ingeniero experto en árboles frutales.
En Reynosa, algunos ciudadanos han comenzado a transformar callejones y plazas públicas en espacios de cultivo.
Los árboles frutales no solo proporcionan sombra, sino también alimentos; además, en las aceras se han sembrado hierbas comestibles y variedades de chiles que, en pocos meses, ya forman parte de la dieta cotidiana de muchas familias.
“Estoy cortando chile serrano, esto es parte de la actividad que hacemos aquí en el huerto. Da bastante, mire, están bien cargadas las matas… claro que sí vale la pena”, dijo María Guadalupe Saldívar, quien cosecha variedad de chiles en su espacio comunitario.
Además de mejorar el entorno urbano y generar oxígeno en zonas con alta industrialización, los huertos familiares benefician directamente a la economía doméstica, permitiendo tener siempre productos frescos al alcance.
“Este huerto nos beneficia en la manera de que vamos a cosechar cosas naturales, que es lo que deben comer las personas, el beneficio de la salud. Sobre todo, personas que no tienen un trabajo, que no tienen el sustento de los alimentos del hogar. Yo me uno a este grupo porque soy vecina de aquí de la plaza y veo que es un buen proyecto”, expresó Arcelia Díaz Morales, quien trabaja en un huerto familiar.
Uno de los aspectos más destacables de esta práctica es que no requiere grandes extensiones de tierra. Gracias a la agricultura urbana, es posible cultivar en espacios reducidos e incluso aprovechar materiales reciclables.
“Esto lo podemos usar… este es el apio que está aquí desde hace un año y lo puedes tener en la barda de tu casa o en donde sea. Puedes tener todo y lo vas a mantener porque ella succiona todo. Cuando ves que no tiene agua, le pones más y se va a alimentar solito, sin estar regando a cada rato”, agregó Oviedo Herbert, mostrando cómo una simple botella de refresco puede convertirse en un contenedor de cultivo.
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, los huertos familiares se posicionan como una opción viable y accesible para enfrentar los retos ambientales, promover el autoabastecimiento y mejorar la calidad de vida de las familias.
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