El sector transportista en el sur de Tamaulipas enfrenta severas afectaciones debido a los bloqueos y cortes en carreteras estatales de Tamaulipas y norte de Veracruz, provocados por el deterioro de vialidades tras las intensas lluvias recientes y desbordamientos de ríos.
Esta situación mantiene parcialmente detenidas cientos de unidades de carga en los patios de empresas transportistas, generando retrasos en la cadena de suministros y pérdidas económicas considerables.
De acuerdo con Eduardo Tijerina Flores, delegado de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram) en la zona sur de Tamaulipas, los problemas se concentran en tramos clave que conectan al puerto con los principales destinos industriales del país.
Cada día circulan entre 3 mil y 5 mil unidades por la región, pero actualmente se estima que entre 500 y mil camiones, permanecen varados, principalmente contenedores con acero y productos industriales destinados a Monterrey, Saltillo, San Luis Potosí y Querétaro.
Los puntos más críticos se ubican en el kilómetro 36 de la Carretera Federal 81 Zaragoza–González, donde el pavimento se quebró por los cruces de agua; el desbordamiento del río cercano al Puente Villas de Casas que mantiene cerrada la Carretera Federal 70 Victoria–Soto la Marina; así como la afectación en las vías del ferrocarril en el Ejido Nuevo Quintero, municipio de González.
Estos incidentes evidencian la vulnerabilidad de la infraestructura ante fenómenos climáticos cada vez más extremos.
El delegado de Conatram recordó que apenas hace unas semanas los transportistas también enfrentaron bloqueos en Moralillo, Veracruz, debido a un evento similar.
“Llevamos dos o tres episodios en menos de un mes; el problema es que se saturan las vías alternas y se vuelve caótico. El cliente exige que la carga llegue a tiempo, pero hoy no se puede arriesgar a que las unidades se queden varadas en zonas de riesgo”, subrayó Tijerina.
Además del costo directo por el diésel y la operación, cada camión parado implica una pérdida estimada de entre 10 mil y 15 mil pesos diarios, que los transportistas deben absorber. Este gasto se multiplica cuando se trata de contenedores que, por contrato, generan costos extra para evitar penalizaciones con los clientes.
“Son pérdidas millonarias que impactan de forma directa a los transportistas, pero también a las empresas que dependen de la materia prima para seguir produciendo”, detalló.
En este momento, muchas empresas optaron por detener temporalmente el movimiento de unidades hasta no tener certeza de que puedan llegar a destino. Según Tijerina, alrededor de 10 a 20 empresas de la región tomaron la decisión de no sacar camiones para evitar riesgos, lo que ha provocado una saturación de patios y almacenes.
“Se está generando un cuello de botella logístico que puede tardar días o semanas en normalizarse”, afirmó.
El delegado de Conatram hizo un llamado urgente a las autoridades estatales y federales para que se diseñen soluciones de fondo y se modernicen las principales vías de conexión del puerto con el resto del país.
“Cada temporada de lluvias es lo mismo: se rellenan los tramos dañados y se vuelve a romper. Necesitamos vialidades más resistentes, drenajes adecuados y rutas alternas funcionales para no poner en riesgo la cadena productiva”, apuntó.
Finalmente, Tijerina advirtió que la preocupación crece porque apenas inicia la temporada más intensa de lluvias y fenómenos tropicales.
“Todas las lagunas y ríos ya están al 100% de su capacidad. Si no se toman medidas, los bloqueos serán más frecuentes y el impacto para Altamira, que mueve gran parte de la carga hacia el norte y centro del país, será mayor”, concluyó.