La senadora Maki Esther Ortiz Domínguez celebró con júbilo el nombramiento del primer obispo mexicano del pontificado del Papa León XIV, quien tiene su origen en la concatedral de Nuestra Señora de Guadalupe en Reynosa.
Consideró este hecho como un reconocimiento espiritual para la ciudad y una muestra del valor humano de su gente.
Desde su perspectiva, la designación papal representa un momento histórico para Reynosa, ya que consolida el vínculo entre la comunidad católica local y la Iglesia universal.
La legisladora recordó que fue el Papa Francisco quien primero concedió a la ciudad la dignidad de contar con una concatedral, y ahora, bajo el liderazgo del Papa León XIV, se ha dado el nombramiento episcopal de un sacerdote reynosense.
Ortiz Domínguez subrayó que estos actos eclesiásticos fortalecen el papel de la fe como motor de paz y reconstrucción del tejido social, especialmente en regiones que enfrentan adversidades.
En ese sentido, destacó la importancia de la Iglesia católica en la promoción de valores como la unidad, la esperanza y la resiliencia familiar.
“Imagínense la magia que se vive en Reynosa, la gente, esa espiritualidad que ahora nos ha dado el gran regalo de parte del Papa León de tener un obispo de Reynosa. Imagínense qué bendición de nuestra concatedral salir a ser obispo”, expresó la senadora, visiblemente emocionada.
“Estamos muy felices, primero nos regaló una concatedral el Papa Francisco y ahora el Papa León un obispo. Estamos de fiesta, la verdad, y acompañando también a nuestro obispo Eugenio Lira Rugarcía, que los dos los queremos mucho”.
Finalmente, reconoció a la comunidad de Reynosa como una de las más valientes y trabajadoras de México, capaz de sobreponerse a las dificultades con fe y esfuerzo diario.
“Está visualizada porque aquí vive la mejor gente de México, es la que se levanta a pesar de las dificultades, saca adelante a su familia y conserva su fe”, afirmó.
