Aunque organismos empresariales del sur de Tamaulipas ven signos de recuperación económica y oportunidades de inversión hacia 2026, también reconocen que el panorama no está exento de riesgos.
La falta de infraestructura en sectores estratégicos como agua y energía, así como la volatilidad de los mercados internacionales, obligan a mantener reservas sobre el ritmo real de crecimiento; tanto el Consejo de Instituciones Empresariales del Sur de Tamaulipas (CIEST) como la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) advierten que, si bien hay avances y licitaciones en curso, aún falta consolidar condiciones que garanticen un desarrollo sostenido para la región.
Alejandro Manuel Sobera Biotegui, presidente del CIEST, destacó que Altamira continúa siendo un punto de atracción para proyectos de gran tamaño, particularmente en materia de energía y agua, donde persisten carencias.
“Creemos que el próximo año veremos inversiones fuertes del gobierno para preparar al puerto y a toda la zona sur; las condiciones existen y confiamos en que el potencial económico dará para mucho más”, afirmó.
El dirigente empresarial señaló que el sector privado no ha detenido su marcha, pues continúan las inversiones locales y la apuesta por mantener las empresas activas, a pesar de que los últimos años han sido complicados.
En su visión, la coordinación con los tres niveles de gobierno será clave para lograr que la zona metropolitana de Tampico, Madero y Altamira se convierta en la principal área de inversión no sólo de Tamaulipas, sino del país.
Por su parte, Pablo Eduardo Haro Panduro, presidente de la CMIC en Tamaulipas, resaltó que en el ámbito de la construcción ya se observa un repunte positivo con la reactivación de licitaciones por parte del Gobierno del Estado.
“Es una muy buena noticia porque permitirá detonar obra pública en pavimentación, infraestructura educativa y drenaje, lo cual además genera empleos y estabilidad para las empresas constructoras locales”, sostuvo.
El dirigente de la CMIC subrayó que, pese al impacto global por el incremento en los aranceles y la variación en los precios del acero y el cemento, las constructoras han logrado mantenerse estables.
“No podemos hablar de una estabilidad plena, pero sí de la posibilidad de mantenernos en operación y diversificar proyectos; lo importante es que las empresas no están desapareciendo y eso ya habla de una resistencia notable en el sector”, explicó.
A nivel nacional, recordó que la presidencia de la República impulsa un programa intensivo de rehabilitación de carreteras, conocido popularmente como el “bachetón”, que aunque genera debate por su efectividad, representa una inyección económica y la oportunidad de que empresas tamaulipecas sean tomadas en cuenta.
A su vez, reconoció que la coordinación con el Gobierno del Estado y los municipios ha sido favorable para abrir más espacios a los constructores formales.
En conjunto, CIEST y CMIC coinciden en que el sur de Tamaulipas transita por una etapa de oportunidades en materia de inversión, infraestructura y desarrollo económico; si bien reconocen que aún existen rezagos en sectores clave, como agua y energía, la expectativa es que en 2026 se consoliden proyectos de gran escala que detonen empleo y fortalezcan a la región como un motor de crecimiento no sólo para el estado, sino para el país.