Don Raúl Méndez González opera una de las carnicerías más icónicas y antiguas de Monterrey.
Es "La Nacional", con 107 años de historia en la colonia Industrial, en Monterrey.
Su familia, que llegó del municipio de Agualeguas, ya tiene 50 años de administrarla.
Y ahora este negocio, como todas las carnicerías, enfrenta una situación complicada: las ventas se desplomaron debido a que el precio de la carne de res aumentó drásticamente, en relación al año pasado.
Según el gobierno federal, el precio del kilo de carne de res subió cerca de 15 por ciento, pero ese porcentaje se rebasó.
"La carne en canal costaba el año pasado (el kilo) 102 pesos, ahorita cuesta 130, entonces vamos por un 20 y tanto por ciento de aumento este año”, explica.
-¿Se vende o no?
-"No, está muy triste, están las ventas a la mitad, no se quieren alivianar", aclara.
El kilo de milanesa de res está en 240 pesos, y para picadillo el kilo cuesta entre 90 y 220 pesos, según la calidad.
La carestía es por la insuficiencia de producción y por una mayor importación, todo aderezado por la tensa situación comercial entre México y Estados Unidos.
"La especulación, empiezan los introductores con el aumento”, expresa.
Asegura que la carestía y el desbasto le han pegado “bastante” al mercado de la carne.
Como tablajero, Santos Santiago corta, rebana y muele la carne, esperando que lleguen los clientes.
"Ahorita es poquito (lo que se vende), baja la venta, a’i va, poquito a poquito. En temprada que está lloviznando, lo que más se vende es el chamberete, el pecho, todo lo que es para caldo, cocido", afirma.
Y pensando en el bolsillo de la gente, esto es lo que recomienda llevar:
"Lo que es la molida, tenemos a 130 pesos, está económica, de 90 a 130 pesos el kilo, el picadillo es bueno, la molida de 120 a 130 pesos, y la molida comercial a 90, lo que es el cortadillo a 120, y lo que está al alcance de la gente", comenta.
Por ser la carne un producto básico en la alimentación, los regios la siguen comprando, pero llevan menos.
"Fíjese que los clientes son los mismos, pero el que me compraba un kilo, ahora me compra medio, por ahí va el asunto, hay poquito dinero", sostiene don Raúl.
Hay esperanza.
"Tenemos que sobrevivir, y esperemos en Dios que se mejore esto", dice.