Pasan las décadas, pero la magia de los juguetes tradicionales sigue presente.
Este 6 de junio es el Día Mundial del Yoyo, ese juguete clásico que sobrevive generación tras generación.
Hay quienes con ingenio, intentan destrezas con este juguete, que consiste en dos discos unidos por un eje, que avanzan y retroceden con una cuerda.
En lo alto de la colonia Altamira, en Monterrey, encontramos a quienes son fieles al yoyo.
Y divirtiéndose, aprenden.
"Sé que es un juguete antiguo que les gustaba a mis papás y a mí también me gusta", expresó uno de los niños, mientras jugaba.
"Me gusta porque puedo moverlo y hacer trucos con él", aseguró.
La palabra yoyo es de origen filipino, que significa "ven, ven" en alusión a ambos discos o ruedas que se desplazan por el hilo o cuerda.
En un mundo tan digitalizado, a veces lo más sencillo, lo más tradicional, es lo que nos enseña más.
"Me gusta mucho el yoyo, hace dos años que yo lo juego, siento que mi mamá jugaba mucho al yoyo, también mi papá… es como si fuera el trompo, pero amarrado con una cuerda, es más divertido porque haces trucos", comentó otro de los menores.
Ojalá y que nunca se perdiera esa inocencia.
Por cierto, estos amigos ya se anotaron para un reto que a veces se nos olvida: el reto de pensar, practicando ajedrez.
Se trata de ejercitar el cerebro y planear una estrategia; en fin: se trata de analizar.