Las empresas de elevadores les están dando a los condóminos... ¡en la torre!Uno de los dolores de cabeza que sufren cientos de regios es el que les dan las compañías de ascensores, con sus fallas en el servicio, los altos costos de los contratos y los riesgos de causar accidentes.A decir de los mismos afectados, es un viacrucis lo que viven con estas firmas, hasta el punto de sentirse “secuestrados” por ellas.Con la creciente “verticalidad” que vive Nuevo León en condominios y oficinas, convivimos más que nunca con una máquina muy útil pero también muy latosa y hasta peligrosa: el elevador.Y como su presencia es nueva, lo último que se nos ha ocurrido hacer a los nuevoleoneses son leyes para regularlos y ponerlos en cintura, siendo que constituyen un tema de seguridad para la integridad de las personas; es un área que se le ha “escapado” a Protección Civil.¿Cuál es la consecuencia? Los condóminos y oficinistas cuyos inmuebles cuentan con elevadores están hoy literalmente a merced de unas pocas empresas que prácticamente “extorsionan” a sus cautivos clientes, que no tienen para dónde hacerse.Ahí le va: sin el elevador funcionando, un edificio de departamentos pierde todo glamour y calidad de vida; lo mismo la oficina que se vuelve un caos. Peor aún, está siempre latente el riesgo de quedarse atorado o hasta de sufrir un percance con una puerta mal calibrada o, Dios nos libre, un accidente fatal.Se vuelve tan imprescindible su buen funcionamiento y mantenimiento que las empresas de elevadores saben que tienen a sus usuarios “secuestrados” y dispuestos a hacer y pagar lo que sea por arreglarlos.Ante ello, cobran pólizas abusivas y te impiden recurrir a otros técnicos, o a otras piezas, que no sean los de su marca.