Grupos de migrantes han edificado de manera precaria un techo a la orilla del ferrocarril sin importar el riesgo que significa.
Kevin Rivero, de 27 años, es originario de Honduras, con tarimas, láminas y restos de concreto elaboró una choza a sólo metros de la vía del tren, en las calles de Prolongación Colón y Roble, en la colonia Talleres, en Monterrey.
Recientemente y en un tramo muy cercano tres plataformas de un tren se descarrilaron, impactando a una camioneta y una bodega.

A pesar del peligro existente, Kevin abraza el único lugar donde puede pasar la noche.
Kevin duerme en una cama de cemento, dentro de su choza, y así lo hacen otras familias que han hecho una vecindad en una zona peligrosa.
Del otro extremo de la avenida Colón, la frontera entre el Centro de la ciudad y la colonia Talleres, se encuentra una torre de departamentos, el contraste del desarrollo y la vida infrahumana de personas que luchan por sobrevivir muy a su manera y lejos de sus países de origen.