La Secretaría de Salud dio a conocer que en Nuevo León hay 75 casos de escarlatina o fiebre escarlata, una enfermedad infecciosa típica que se caracteriza por erupciones cutáneas, por lo que recomiendan a la población reforzar las medidas preventivas para disminuir los contagios.
De acuerdo al informe de la Semana Epidemiológica 26, en la entidad hay 40 hombres y 35 mujeres que lo padecen, siendo el cuarto estado más afectado por esta enfermedad.
Los estados que han contabilizado el mayor número de pacientes son Estado de México (124), Ciudad de México (120) y Jalisco (79).
En total hay 816 casos de contagiados con escarlatina en todo el país, superando así a los 582 que se registraron en 2023.
¿Qué es la fiebre escarlata?
La fiebre escarlata, también conocida como escarlatina, es una enfermedad infecciosa que provoca un sarpullido. Se asocia con la misma bacteria que causa la faringitis estreptocócica y, en ocasiones, puede estar relacionada con heridas o quemaduras infectadas. El sarpullido característico de la fiebre escarlata suele ser fino, similar a la lija, y está compuesto por pequeñas protuberancias rojas.
¿Qué causa la fiebre escarlata?
La fiebre escarlata es causada por bacterias llamadas estreptococos β-hemolíticos del grupo A (GABHS). Estas bacterias liberan una toxina que viaja por el torrente sanguíneo y provoca un sarpullido. Los estreptococos del grupo A residen en la nariz y la garganta. La enfermedad se propaga cuando alguien infectado tose o estornuda, dispersando la bacteria en las superficies. El contacto con estas superficies y luego tocarse la nariz, boca u ojos puede transmitir la enfermedad. Además, compartir utensilios con una persona enferma o el contacto con lesiones abiertas de piel infectadas también puede ser fuente de contagio.
¿Cuáles son los síntomas?
La fiebre escarlata se caracteriza por varios síntomas distintivos:
- Garganta muy enrojecida y adolorida.
- Fiebre mayor a 38.3°C.
- Salpullido rojo.
- Piel enrojecida en pliegues de la axila, codo e ingle.
- Lengua o parte posterior de la garganta recubierta de una capa blancuzca.
- Lengua con apariencia de “fresa” (roja con puntitos).
- Dolor de cabeza.
- Náuseas o vómitos.
- Dolores en el cuerpo.
¿Quiénes se pueden contagiar de escarlatina?
La fiebre escarlata afecta principalmente a niños entre 5 y 15 años, aunque puede ocurrir a cualquier edad. La bacteria se propaga a través de las gotitas respiratorias cuando una persona infectada tose o estornuda, y también puede transmitirse a través de superficies contaminadas.
¿Cómo se cura la escarlatina?
El IMSS destaca que los objetivos del tratamiento contra la escarlatina son:
- Prevenir la fiebre reumática
- Prevenir las complicaciones inmediatas
- Reducir la propagación de la infección
- Acortar el curso de la enfermedad
Para tratar la escarlatina, el IMSS sugiere un esquema antimicrobiano. El diagnóstico y las órdenes para administrar el medicamento deben ser realizados por el médico.
Además, es importante descansar, mantener el control térmico mediante métodos físicos y seguir una dieta completa y balanceada. Evita agregar polvos caseros secantes como el polvo de haba o maicena, ya que podrían aumentar el riesgo de infección secundaria en la piel.
El tratamiento tiene una duración aproximada de 10 días, lo cual suele ser suficiente para curar la infección.
¿Cómo se puede prevenir la fiebre escarlata?
Para prevenir la fiebre escarlata, es importante lavarse las manos con frecuencia y evitar compartir utensilios, ropa de cama, toallas u otros objetos personales. Aquí tienes algunas recomendaciones para lavar tus manos:
1. Coloca tus manos bajo agua corriente limpia.
2. Cierra el grifo y frota tus manos con jabón, asegurándote de cubrir toda la superficie.
3. Frótate las manos enjabonadas entre sí durante al menos 20 segundos, incluyendo debajo de las uñas, entre los dedos y hasta las muñecas.
4. Enjuaga bien con agua limpia y sécate con una toalla o al aire.
5. Si no tienes acceso a agua y jabón, utiliza un antiséptico a base de alcohol con al menos un 60% de concentración.
Es importante destacar que no existen vacunas para prevenir la faringitis estreptocócica o la fiebre escarlata. Si un niño tiene alguna de estas enfermedades, se recomienda que no asista a la escuela o guardería durante al menos 24 horas después de comenzar el tratamiento con antibióticos.