Un grupo de taxqueños indignados porque la autoridad no detenía a los denunciados hicieron justicia por su propia mano. Mataron a puñetazos y patadas a la presunta asesina y dejaron muy lesionados a sus dos hijos. La presunta asesina también tenía una hija, amiga de Camila, y esa menor de edad ahora es huérfana.
El presunto asesino de Camila, amante de la mujer linchada, alcanzó a escapar y ya fue detenido. Ahora está bajo proceso.
Algunos analistas alegan que este crimen tan artero y cruel es parte de la descomposición social que vivimos en México.
En realidad el o los asesinos cometieron este crimen por otros motivos que van más allá de la falta de valores morales. ¿Cuáles son esos motivos? Te lo explicaré a grandes rasgos.
La neurobiología y la psicología social han demostrado que quienes son verdaderamente perversos, malignos, crueles o torturadores, lo mismo en un pueblo que en un país, oscilan entre el 3% y 5% de la población. No más.
Dicho de otro modo, si en México vivimos 126 millones 705,138 mexicanos, el 5% de psicópatas con tendencias criminales serán alrededor de 6 millones 335,269.
Es decir, reunidas todas las personas potencialmente asesinas, con evidentes rasgos de carácter altamente agresivo, son una minoría. La suma azarosa de una docena de genes, como el MAOA (el gen de la impulsividad violenta), forman psicópatas. Es decir, la maldad como placer viene de fábrica y no se acentúa en una determinada clase social.
Por supuesto, 5% de la población en México; es decir, más de 6 millones de psicópatas con tenencia criminal, es muchísima gente. Determinados gremios o asociaciones suelen concentrar este tipo de personalidades psicóticas. Se nutren de esta tipología del carácter anómalo.
Por ejemplo, una buena parte de los psicópatas terminan formando parte de un cártel; son reclutados por el crimen organizado y suelen ser capos de alto nivel. ¿Lo hacen por la voracidad de ganar dinero fácil? No solamente por eso. La maldad proviene del placer de hacer daño. Y este placer viene en el ADN.
¿Y el resto de los reclutados por las bandas delincuenciales? Son reclutados por la fuerza, no pueden salirse de las filas del narcotráfico porque serían cazados y asesinados, no tienen otra alternativa para ejercer algún oficio, o todo junto.
Finalmente explico por qué es erróneo justificar los linchamientos públicos y el hacer justicia por propia mano.
Primero, porque la venganza no es justicia. Segundo, porque pueden cometerse espantosas injusticias contra inocentes. Tercero, porque las emociones y los prejuicios nublan la comprensión imparcial de los hechos.
¿Un ejemplo de la actitud correcta en este tipo de casos tan sádicos como la muerte de un familiar en condiciones violentas?
¿Te acuerdas del ataque terrorista al teatro Bataclan de París, el 13 de noviembre de 2015? Mataron a 90 personas, entre ellas, la esposa del periodista Antoine Leiris.
Cuanta el propio Leiris que él salvó su vida porque se quedó en casa esa noche cuidando a la bebé de 17 meses, mientras su esposa asistía con unas amiga al Bataclan.
Leiris escribió un artículo dirigido a los asesinos de su esposa, del que transcribo un solo párrafo: “el viernes por la noche, ustedes le robaron la vida a un ser excepcional, el amor de mi vida, la madre de mi hija. Pero no tendrán mi odio. No se quienes son ustedes ni quiero saberlo, pero son almas muertas. No les daré el regalo de odiarlos”.
El odio, la ira, nuestro coraje, es el regalo que le hacemos a las psicópatas criminales. No esperemos que se arrepientan de sus actos. No lo harán, mientras no sean atendidos clínicamente.