La juventud nuevoleonesa, que a diario tiene la aspiración de mejorar su futuro estudiando en el campus universitario más poblado de Nuevo León, llevan a su organismo el “veneno” de la casa que tienen en frente… la de Ternium.
Acudir diariamente al salón de clases es toda una tarea complicada y con consecuencias letales a la salud que van desde el cáncer en pulmón hasta ataques al corazón.
La realidad es que con sus emisiones de contaminantes, la acerera, que dirige Máximo Vedoya, a diario expone la salud de la población del campus, que es hasta de 120,000 personas, entre estudiantes, docentes y trabajadores, según el centro Mario Molina.
Pega a 4 de 10
Y la realidad es que la acerera, cuyo director es Máximo Vedoya, lleva a diario ese aire sucio a la respiración de cuatro de cada 10 estudiantes que asisten a Ciudad Universitaria (CU) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Este campus, que concentra a la mayor parte de universitarios frente a los que albergan otros, “cohabita” con la planta de la que, según registros oficiales y estudios, salen contaminantes como dióxido de carbono (CO2), óxidos ferrosos y partículas PM2.5.
Según expertos, estas sustancias son “veneno” pues ocasionan enfermedades crónico- degenerativas como asma bronquial, cáncer pulmonar y deficiencias cardiovasculares que derivan en infartos.
La UANL tiene una matrícula de 214,000 estudiantes de nivel medio, superior y posgrado, de los que 90,000, es decir, el 42% se concentran en CU, y el resto en otros cinco campus. Según el INEGI, en Nuevo León hay 431,989 estudiantes universitarios, por lo que la UANL concentra el 50 por ciento.
Los universitarios que van diariamente a CU son los que respiran durante los cuatro años en promedio que duran sus carreras, los citados contaminantes que salen de chimeneas y patios de la multinacional acerera ubicada en la colonia Cuauhtémoc, de San Nicolás de los Garza.
El neumólogo especializado en el tema de contaminación, Rodolfo Posadas Valay, afirmó que el óxido ferroso que el viento lleva hacia CU y viviendas aledañas ocasiona, a la larga, asma bronquial, infl amación crónica del aparato respiratorio y neumocomicosis que es falta de aire y modifi cación del tórax.
En tanto, el CO2 y las partículas PM2.5 llegan a los alvéolos pulmonares y luego al torrente sanguíneo, ocasionando algunas modalidades de cáncer como el de pulmón y accidentes cardiovasculares como infartos al miocardio.
“Pueden causar daño en las vías respiratorias, y también en las vías sanguíneas, o sea, el riesgo es respiratorio y cardiovascular. También hay otras sustancias que pueden ser parte de estas partículas, que pueden causar cáncer en las vías respiratorias”, explicó el médico.
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INFO7 publicó el pasado jueves 13 de julio que el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminante (RETCE) de la Semarnat arrojó que en un año, Ternium emitió 413,000 toneladas de CO2, colocándose como la empresa no energética más tóxica por este contaminante.
En tanto, el viernes se dio a conocer que el estudio del Centro Mario Molina indicaba desde el 2020 que alrededor de la planta de Ternium de la avenida Guerrero hay una mayor concentración de PM 2.5 por lo que sugería reubicar industrias altamente contaminantes.
Expertos indicaron que en el caso del polvo rojizo que mancha a los alrededores, se trata de óxido ferroso proveniente del hierro que se funde para fabricar el acero.
Según información del Departamento de Salud y Servicios de New Jersey, el contacto prolongado con el humo o polvo del óxido ferroso puede causar neumoconiosis con tos, falta de aire y cambios en la radiografía de tórax.
Con información de elhorizonte.mx