A sus 84 años de edad, doña Hélida Padilla batalla para caminar, mientras su hija Aracely Martínez observa con tristeza cómo las obras de regeneración del casco del municipio de San Pedro están acabando con el negocio familiar, una ferretería que tiene 54 años de operar y a la que hoy casi nadie acude por el caos de las obras, los cierres viales que se extienden por varias calles y demás complicaciones en la zona.En tantos años, a las dueñas de Vidrios y Espejos Martínez nada las venció, el negocio llegó a ser en la zona la primera vidriería y la segunda ferretería en importancia, pero hoy el plan del alcalde Miguel Treviño, de ampliar banquetas, instalar bancas y reducir calles a un solo carril de circulación, pone a ese y a decenas de negocios en riesgo de cerrar sus puertas, ya que sus ventas se desplomaron en un 90% porque el acceso es complicado, entre zanjas y restricciones.Te puede interesar: Castigan con obra en casco de San Pedro a adultos mayores“Estamos desesperados, enojados, fastidiados, (la zona) está patas para arriba y no hay forma de ingresar, las ventas se cayeron en un 90 por ciento. El municipio no apoya en nada”, denunció Aracely.Ambas sospechan que la autoridad juega a hartar a los comerciantes para que vendan sus propiedades y se vayan, proceso conocido como “gentrificación”, es decir, la renovación de una zona deteriorada para desplazar a su población por una de mayor poder adquisitivo.