Cada vez son más los niños que crecen con actitudes de exigencia hacía sus padres, como berrinches, incluso golpes, que los pequeños hacen al no conseguir lo que desean y son casi imposibles de controlar; los psicólogos denominan esta conducta como “síndrome del niño emperador”.
El especialista en psicología clínica, Javier Soto ,detalló que es el ambiente en el que viven, empezando por los padres que con tal de complacer o hacer que el niño deje de llorar, le da lo que este pide al momento, resaltando conductas negativas a largo plazo que pueden ser complicadas.
“En sí es una problemática conductual que tiene que ver mucho con la interacción que tienen las personas o los niños con su entorno”, indicó.
“Donde desde el desarrollo, quién los educa, todo lo que rodea al niño va determinando ciertas conductas que en este caso a veces suelen ser problemáticas”.
Si esta conducta no es controlada o tratada por un especialista a temprana edad los pequeños irán creciendo con comportamientos desafiantes y autoritarios que se conducen a base de caprichos y no de la razón.
Este síndrome afecta a niños y jóvenes entre 9 y 17 años, los síntomas más comunes que los padres pueden identificar son:
- No respetar límites
- Hacer berrinches
- Exigencias sobre demandantes
- Egoísmo
- Intolerante a la incomodidad.
“En este caso los padres, incluso sin darse cuenta, comienzan a ser muy condescendientes o empiezan a reforzar conductas, sin siquiera ellos sepan lo que están haciendo, lo que potencializa que los niños tengan conductas como berrinches”, señaló Javier Soto.
¿Qué sentimientos experimentan los niños cuando no se les cumplen sus deseos?
“Me enojo. Tengo ganas de llorar, y me siento frustrada, hago berrinches”, resaltó Camila, de 8 años.
La educación en años anteriores era más rígida, con más exigencias, pero actualmente las cosas son muy diferentes, comentó el señor Arturo.
“En otros tiempos era bien diferente, los papás nos exigían, hoy en día ya es muy liberal todo, les facilitan mucho las cosas a los niños y por consecuencia los hacen irresponsables y se ha ido deteriorando toda esa educación en el tiempo”.
¿Qué pueden hacer los padres ante estas actitudes de enojo, desafíos, humillaciones incluso al grado de los golpes por parte de los niños?
“Lo más recomendable es buscar la manera de reforzarlos sanamente cuando el niño exprese conductas que si son deseables”.
“Por que muchas veces, se basan mucho en castigos y esto lo que puede generar a largo plazo son otro tipo de problemáticas”, resaltó el psicólogo.
El tratamiento para los infantes debe ser con un especialista en salud mental o un psiquiatra, que determine el detonante que lleva al niño a comportarse de manera agresiva.