Juana Leticia no puede caminar desde los seis años. Ahora con 52, vive sola, pues su pareja murió y su hijo se casó. Está sola y más que caridad, lo que quiere es trabajar, pues no se da por vencida, sabe que, con esperanza, puede salir adelante.
“Por mi discapacidad es muy difícil que me den un trabajo, porque en las fábricas no hay transporte y pues, por eso pedí la ayuda por medio del canal si me pueden ofrecer un trabajo; la gente viera pues que trajeran aquí un trabajo que yo lo pudiera hacer”, señaló.
“Pues voy a salir adelante en lo que yo pueda, voy a salir adelante en lo que yo pueda hacer; vendo ropa aquí en mi casa; he tratado de ser independiente, verdad, en este momento yo me encuentro en una situación más difícil, pues mi hijo vivía conmigo y ahora ya hizo su familia, formó su familia”, dijo la mujer.
Y es que la ciudad de Monterrey no está hecha para las personas que sufren alguna discapacidad motriz en específica, como en el caso de Leticia que padece el síndrome de Guillain-Barré y que no sale de su casa por cosas como el hecho de que haya muchos topes en su calle.
“No hay transporte para personas así, en ciertas fábricas entonces sí es muy difícil; no me siento menos, porque yo siempre he dicho que hay que salir adelante como se pueda, hay que hacer una cosa u otra, pero uno no puede dejarse”, dijo.
La señora Leticia se mantiene en su casa. No puede salir y sólo puede describir el parque que queda a unas cuadras. Se ayuda de una silla de ruedas y otra del tipo escritorio que le hace falta dos de las cuatro rueditas. En su sala hay un sillón viejo, lleno de la ropa que vende, cuadros de su juventud y una mesa con algo de despensa.
Juana Leticia no se rinde, ella vende ropa afuera de su casa, hasta el patio delantero de la vivienda ubicada en Balcones de San Miguel, en Guadalupe, no puede ir más allá, pues necesitaría pagar un taxi y no tiene los recursos, pues a veces no vende ninguna prenda de ropa.
Su única compañía es Quick, un conejo que cuida y trata que no se salga, pues podría perderse. Ella luce un maquillaje que le resalta su juventud, como si la misma fuerza de voluntad la mantuviera joven. Su cabello negro y corto está arreglado y eso le permite presentarse a la entrevista, pues puede ser que alguien la vea y le ofrezca un trabajo de home office.
“Tratando de ser fuerte, buscar siempre qué hacer, yo siempre he dicho que la esperanza muere al último, hay que tener fe y siempre he dicho que algo bueno vendrá, porque tengo las ganas de hacer algo, de salir adelante, de independizarme”, expresó.
Si tienen algún trabajo desde casa que le puedas ofrecer a Juana Leticia, por favor de contactarte al número 81-2370-2612.
