Hombre de Apodaca sufre un calvario tras un año de diálisis

Desde hace un año la enfermedad le ha quitado la posibilidad de trabajar a Don Rubén Hernández de 56 años, pues a diario tiene que someterse a hemodiálisis

Apodaca, Nuevo León.- Desde hace más de un año, la familia Hernández, residente en Apodaca, se encuentra inmersa en una situación angustiosa. La salud de Don Rubén Hernández ha ido deteriorándose gradualmente, hasta el punto de requerir intervenciones quirúrgicas. Lo que comenzó como complicaciones derivadas de una cirrosis hepática ha evolucionado hasta convertirse en un desafío constante para él y su familia.

Don Rubén enfrenta diariamente el desafío de someterse a hemodiálisis, un procedimiento necesario para mantener su salud pero que se ha convertido en un calvario físico y emocional para él. Cada sesión de hemodiálisis es una batalla contra el agotamiento y el malestar, mientras lucha por mantenerse fuerte por el bien de su familia.

Con la imposibilidad de trabajar debido a su condición de salud, la carga económica del hogar ha recaído en la esposa de Don Rubén. Con determinación y coraje, ella ha asumido el desafío de mantener a flote el hogar, gestionando un modesto negocio de comida veracruzana a través de Facebook. A pesar de las dificultades, su espíritu emprendedor y su amor por su familia la impulsan a seguir adelante cada día.

Por otro lado, su hijo Rubén se ha visto obligado a buscar alternativas de ingresos para apoyar a su familia. Con ingenio y creatividad, ha decidido apostar por la venta de dulces artesanales y palomitas. Aunque sus esfuerzos son loables, sabe que aún enfrenta desafíos económicos significativos para ayudar a su padre y contribuir al sustento familiar.

A pesar de la llegada regular de suministros médicos para las hemodiálisis en los últimos dos meses, la familia enfrenta la incertidumbre sobre cuándo cesarán debido a la falta de seguro médico. Esta preocupación constante agrega una capa adicional de estrés a una situación ya difícil, mientras la familia lucha por mantener la esperanza y la estabilidad en medio de la adversidad.

Además, la familia enfrenta una necesidad urgente de reparar e impermeabilizar el techo de su hogar. La salud de Don Rubén requiere un ambiente con niveles mínimos de humedad, ya que cualquier enfermedad puede afectarlo de manera significativa. Sin embargo, los recursos financieros son escasos y la familia enfrenta dificultades para hacer frente a esta necesidad básica, lo que agrava aún más su situación.

En resumen, la familia Hernández de Apodaca enfrenta una serie de desafíos abrumadores que ponen a prueba su fuerza y ​​resiliencia cada día. A través del amor, la solidaridad y la determinación, están decididos a superar estas dificultades juntos y construir un futuro mejor para su familia. Su historia es un recordatorio poderoso de la importancia del apoyo comunitario y la empatía en tiempos de necesidad.

Si usted tiene la posibilidad y desea apoyar a la familia Hernández, puede comunicarse directamente con ellos mediante sus páginas de Facebook Rubarindos y La Tiri-Cienta.


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