Exigen medio millón a abuelita por deuda inexistente
De la noche a la mañana, doña María Lucio, una mujer de la tercera edad que subsiste con su pensión, fue notificada que tenía una deuda de medio millón de pesos con una financiera a la que jamás acudió, y que si no pagaba iba a quedar en la calle.
El dinero es exigido por Grupo AAME, que se dedica a los préstamos en la colonia Valle de Huinalá, en el municipio de Apodaca.
"Me están cobrando un pagaré el cual yo no firmé y no conozco a la persona que me está cobrando, me quieren quitar mi casa y ya la señalaron para embargo.
"Me quitó la tranquilidad porque estás pensando cuándo van a venir o qué van hacer", lamentó doña María Lucio.
Cómo evidencia, además del pagaré, el negocio presenta recibos de agua de antes de 2018, que la mujer entregó para solicitar $1,000 pesos a un prestamista que resultó ser familiar del dueño de la financiera.
Desesperada, doña María ha acudido al local en múltiples ocasiones para solicitar pruebas de ese supuesto préstamo de $500 mil pesos, sin embargo, solo recibe amenazas de embargo.
"Yo les pregunto a dónde me los depositaron, en dónde me los dio, o que investigue que he comprado con ese dinero que supuestamente usted prestó", contó.
Las amenazas de dejarla en la calle si no paga el medio millón son gestionadas por el despacho Hernández y Asociados, ubicado convenientemente a un local de distancia de la financiera.
Doña María rechaza acceder a los descabellados planes de pago que le ofrecen, en primera porque dice que no es su deuda, y porque simplemente no tiene el modo de pagarlo.
"Mi ingreso es una pensión muy baja como para poder solventar un préstamo, yo jamás pediría eso.
"Vivo de mi trabajo, vendo ropa, vendo tamales, o lo que Dios me dé", platicó la habitante de la colonia Bosques de San Miguel.
INFO7 acudió a las instalaciones de Grupo AAME en los horarios anunciados de atención, sin embargo, la puerta jamás fue abierta, aunque al interior un hombre se percató de la presencia del equipo.
Al visitar el local de despacho la suerte no fue diferente, pues tras varios intentos por llamar al portón y tocar el timbre nunca nadie atendió.
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