El robo que sufrió la madrugada del miércoles, el Jardín de Niños, Manuel L. Barragán, ubicado en la calle 16 de septiembre del sector Nuevas Colonia, en Monterrey, fue la gota que derramó el vaso para los múltiples hurtos de los que han sido víctimas en los últimos días los locatarios de la zona.
“Rompieron protectores, se llevaron bocinas, quitaron cámaras; hicieron despapaye dentro de los salones, siempre se meten y hacen su despapaye”, relató Olín Mireles, madre de familia.
Y es que tal parece que el lugar, se ha convertido en un parque de diversiones para un grupo de rateros que tienen varios días atacando la calle 16 de septiembre.
“Se acaban de meter a robarle a una señora de a lado del convento, en frente igual, una ferretería igual, acá a lado del kinder hay una carpintería, se acaban de meter a la carpintería, o sea, es alguien que ya sabe cómo está aquí todo el movimiento”, expuso Mireles.
Luego de esto, nos dirigimos a la carpintería situada en el local marcado con el número 1724, en la misma calle, que también fue víctima de los amantes de lo ajeno.
“Se habían metido por la parte de arriba en las láminas, nos robaron toda la herramienta. Bajita la mano de 100 a 120 más o menos de herramienta”, dijo el carpintero Noé Hernández.
Aunque se interpuso la denuncia correspondiente, fue imposible realizar un peritaje.
“No encontraron las huellas porque como estaba lloviendo, se borraron, dejaron un cuchillo, un encendedor y una bocina allá arriba, se borraron las huellas”, lamentó el carpintero.
Por su parte, la encargada de la ferretería que se encuentra en el local con el número 1709, aunque no ha sido robada, cerrará sus puertas, pues consideran que la inseguridad está llegando a su límite, más ahora que misteriosamente, sus cámaras de seguridad amanecieron desconectadas.
“Mejor nos vamos a quitar porque ya van a varias veces que han robado y al rato me va a tocar a mí, me desconectaron el internet, porque como tengo cámaras en la calle, adentro y atrás, entonces más seguro. Robaron enseguida, robaron el kínder y robaron la esquina”, aseveró Yolanda Ramírez, empleada.
Añadió que no están dispuestos a perder su patrimonio a manos de la delincuencia.
“Claro que da miedo de perder lo poco o mucho que uno tiene, más bien lo poco que uno tiene, porque si así no le alcanza a uno para pagar, robándonos cuándo vamos a acabar”, finalizó Ramírez.
En conjunto, los vecinos alegaron que hay poca vigilancia y esperan que pronto se dé con los responsables, de los que se cree, son los mismos en todos los casos.