A partir del 1 de enero comenzarán a aplicarse nuevos criterios para medir la calidad del aire en el país. Sin embargo, las autoridades ambientales del estado advirtieron que, aunque estas acciones representan un avance para la protección de la salud, es indispensable actualizar primero las normas que regulan las emisiones contaminantes.
El secretario de Medio Ambiente, Raúl Lozano, explicó que las nuevas mediciones corresponden a la Norma Oficial Mexicana 172 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la cual establece el llamado “semáforo” de la calidad del aire, es decir, los rangos que determinan si el aire se considera bueno, aceptable, malo o extremadamente malo.
“Entran en vigor el 1ero de enero, es la norma 172 de la Semarnat. Obviamente nosotros desde la autoridad vemos con buenos ojos todo lo que se haga para proteger la salud, pero recordemos que estas normas vienen siendo el efecto, la causa es la Norma 043”, señaló el funcionario.
Lozano detalló que la Norma 043 es la que fija los límites máximos permisibles de emisión de partículas contaminantes, y que esta regulación tiene muchos años sin ser actualizada.
De acuerdo con el secretario, la norma 172 deriva directamente de la 043, por lo que modificar únicamente la medición final sin actualizar los límites de emisión resulta insuficiente.
“Viene derivado de la norma 043 que tiene muchísimos años que no se ha modificado, que marca los límites permisibles de la emisión de partículas, y esa norma apenas se va a reformar”, explicó.
El titular de Medio Ambiente subrayó que actualmente se trabaja de manera coordinada con la Semarnat para avanzar en ambas actualizaciones normativas, de manera que exista coherencia entre lo que se emite y lo que se mide.
“Es lo que estamos haciendo en conjunto con la Semarnat, entonces es muy importante decir que si vamos a modificar la norma 172, que nos marca el semáforo de la calidad del aire, pues también es muy importante cambiar y modificar la norma que origina este semáforo”, afirmó.
“No podemos nada más estar cambiando la norma del resultado final, es decir, del efecto de la buena, aceptable, mala o extremadamente mala calidad del aire, y no modificar las normas que originan esta situación”, concluyó.