Arribamos a un puesto de pollos asados para conocer a los que se enfrentan para llevar el pan a su hogar.
Y verdaderamente los parrilleros sí que sudan la gota gorda, ya que constatamos a través del termómetro de INFO7 como en el exterior de este puesto de pollos asados se presenta una temperatura de 39.7 grados centígrados, mientras que el sensor muy cercano a la parrilla llega a una temperatura de 51.2 grados centígrados”
Marisela Reyna, de 29 años de edad, desde adolescente se dedica al oficio de parrillera y en esta temporada de calor, es todo un reto desempeñar su trabajo.
“La verdad está muy fuerte el calor, todo, lo caliente de parrilla, ahorita de perdido está venteando, pero a veces no ventea nada y ahí es donde”, comentó.
Físicamente, ser parrillero, le cobra factura al cuerpo.
“Cansancio, le digo a mi mamá a veces te quieres desmayar por el calor... y el humo también te cala en los ojos, ya te afecta después en los ojos, en lo mormado y así”.
Pareciera que Marisela ya tiene medida la temperatura, pues antes de realizar el experimento acertó al ser cuestionada por la cantidad de calor a la que se enfrenta diariamente.
Ella trabaja 10 horas diarias de lunes a domingo bajo los rayos del sol y una parrilla que despide fumarolas de calor que la impactan, pero asegura estar acostumbrada y procura estar hidratada para desempeñar su labor dentro de este negocio familiar.