VIE 14 FEB
30°

Nuevo León

Encuentra 'libertad' entre las rejas gracias a la música

Por: Humberto Salazar

12 Diciembre 2025, 08:47

Compartir

Ángel encontró en el taller de música del penal de Cadereyta la oportunidad de transmitir sentimientos gracias a las melodías que interpreta

En el penal de Cadereyta, donde el tiempo cae lento, vive un hombre que aprendió a hacer música con lo que otros solo llamarían silencio. Su nombre es Ángel y, desde hace más de 12 años, permanece preso.

Contra todo pronóstico, su historia comenzó a renacer en un lugar inesperado y con la música que más le gustaba.

No fue un acto de suerte, fue un acordeón el que le cambiaría la vida.

“Afuera tenía un acordeón, pero la tenía toda llena de telarañas, la tenía olvidada. Nunca lo agarraba, pero como siempre me ha gustado mucho la música de acordeón, la música vallenata, pues mi mamá, un día que cumplía años, me regaló una”.

“Entonces la traigo de afuera, me informé, me dijeron que sí podía traerla, hice los trámites correspondientes, la traje, conseguí mi maestro y es como empecé a aprender un poquito del acordeón”, comentó.

musico-penal-nuevo-leon1.jpg

Ángel llegó al taller de música casi por accidente, buscando apenas un respiro.

Pero ahí, entre cuerdas y voces, encontró la puerta que no sabía que necesitaba abrir.

Con el tiempo, sus manos se volvieron hábiles y su oído más curioso. Ahora toca de todo.

“Después de ahí yo quise aprender a tocar el bajo, pero me enseñaron a tocar el bajo en una guitarra, nomás usando las últimas cuatro cuerdas, y sin querer aprendí a tocar guitarra también. Entonces ya sabía tocar bajo, guitarra y acordeón. Entonces de ahí me fui al piano, ya sabía tocar cuatro instrumentos; y luego la batería; y luego me enseñé a cantar; y luego ya después ya como que mi mundo era pura música”, mencionó. 

Encuentra en la música su propósito

Antes de conocer la música, Ángel vivía como quien camina sin rumbo. Pero en ese taller encontró algo más profundo: el propósito de transmitir sentimientos.

“A mí me gusta transmitir todo tipo de sentimientos en la música y, más que nada, ahorita que estamos en esta situación, me gusta transmitir alegría, de que la familia se vaya con esa experiencia, de que no todo aquí es malo, ¿verdad? De que nos está sirviendo algo. Y, como le digo, es transmitir esa alegría con la música”, señaló. 

Además, consiguió disciplina y una filosofía propia.

“A mí me gusta siempre presentar un buen trabajo, para sentirme bien conmigo mismo. Y si de ahí salpica para la gente, de que se sientan bien, pues qué mejor. Pero más que nada yo busco mi bienestar”.

Ángel habla de libertad, pero no la libertad física, sino la otra, la interior, esa que ninguna reja puede cerrar si uno aprende a sostenerse por dentro.

“Cuando toco un instrumento o estoy ensayando, me siento muy bien, no me siento preso. De hecho, cuando llego al área de ensayos ya no me siento en este lugar. Me siento más relajado. El tiempo transcurre muy rápido. De repente volteo y veo la hora y ya nos pasamos diez minutos, y les digo: ‘Vámonos porque nos van a regañar’, y así. Pero sí, más que nada, es como una salida, una salida de este lugar”.

Ángel cierra los ojos y, en ese instante breve, vuelve a soñar con una vida distinta, una que la música le permite imaginar.

Porque para él, y para tantos que lo han visto transformarse, la música no es solo un taller, es la prueba viva de que, incluso en los lugares donde parece que todo termina, todavía hay melodías que anuncian un nuevo comienzo.

musico-penal-nuevo-leon2.jpg

Comentarios