Cada lunes los trabajadores de los catamaranes de la presa La Boca emprenden la pesada tarea de mover sus embarcaciones hasta zonas más profundas.A diferencia de épocas anteriores, esta actividad ahora se viene haciendo con cada vez más frecuencia, y el terreno del embalse da muestra de ello. Sobre el suelo, donde antes había agua, pueden verse las marcas que fueron dejando los catamaranes cuando se adentran en La Boca. "Ahora que ha estado bajando más lo hacemos una vez por semana, así por como está bajando tenemos que movernos porque sino nos quedamos estancados", platica Jesús Rodríguez, del catamarán El Pirata. La travesía comienza levantando las múltiples y pesadas anclas de la embarcación, una actividad en la que participa prácticamente toda la tripulación.Después, lanchas con motor se amarran al catamarán para empujarlo de su ubicación hasta un punto donde pueda flotar sin dificultad.Y una vez que la embarcación se adentró hay que construir un nuevo puente para que la gente pueda subirse. Es con tarimas de madera y plástico que los trabajadores conectan la orilla con el catamarán. Al percibir una rápida caída en los niveles del embalse, los trabajadores esperan que el agua alcance para mantenerse a flote en las próximas temporadas altas.