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Cumple la misión de enfrentar al mal mediante exorcismos

Por: Olivia Martínez

18 Junio 2025, 13:16

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El padre Ernesto María Caro, conocido como 'el exorcista regio', explica que semanalmente se reciben 40 solicitudes de personas que creen estar poseídas

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El demonio sí existe... y  también quien se le ha enfrentado y a través de Dios lo ha vencido. 

Él es el sacerdote Ernesto María Caro, conocido como "el exorcista regio".

En toda la provincia de Matamoros, Laredo, Piedras Negras, Linares, Tampico, Saltillo y Monterrey, él es el único padre que está asignado por la Iglesia Católica para hacer exorcismos y así han transcurrido 15 años. 
 
"Nada más yo estoy de exorcista", dice.

También es uno de los exorcistas más importantes del país.

"Siempre el Señor de alguna forma me llamaba a este ministerio", recuerda. 

El también párroco de "Nuestra Señora Reina de los Ángeles", en San Pedro, explica que semanalmente se reciben 40 solicitudes de personas que creen estar poseídas, como lo han visto en las películas.

Si eso fuera cierto, al año tendrían cerca de 2 mil personas afectadas por el  diablo o el maligno, pero no es así. 

Entérese de cuántos casos son reales:

"Donde el demonio deja la tentación para venir a dañar una persona en su vida, en su persona, en todas las áreas de ésta, son alrededor de 3 ó 4 casos por año, a veces menos", puntualiza.

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Exorcizar es un ritual, en el que el sacerdote ora para que Dios libere a la persona. 

"Es como la misa: hay rito de entrada, 'en el nombre del Padre, del Espíritu Santo, Amén, el Señor, esté con ustedes', agua bendita, después se rezan las letanías a los santos para pedir por la persona que está siendo lastimada por el demonio, enseguida se lee un trozo de la Sagrada Escritura".

"Todo  esto genera un ambiente espiritual, al cual el demonio reacciona, y a veces más rápido y otras veces menos rápido, vamos siguiendo un ritual que culmina con la oración que se llama Oración del Exorcismo propiamente, que es una oración imperativa, donde el exorcista le manda, le ordena, en el nombre de Jesucristo y de la Iglesia, que salga de esa persona y se retire", dice, dando detalles.  

La lucha contra el demonio es extenuante, y ya la Arquidiócesis le asignó a un sacerdote y a un auxiliar que le ayudan, principalmente debido a la carga laboral que él tiene. 

"Se experimenta un desgaste físico y emocional importante. No vemos el demonio: vemos cómo se manifiesta en la persona que está siendo afectada, pero esto genera una guerra... la mayoría de los casos son de 2, 3, 4, 5 meses haciéndoles exorcismo cada 15 días", asegura. 

Hasta que llega el final. 

"En esa oración la persona permanece sentada, tranquila, orando con nosotros y ha quedado liberada completamente. Dios en su infinita bondad y misericordia, a través del ministerio, libera a la persona y ésta vuelve a su vida absolutamente normal", refiere.

Pero por difícil que parezca, para el exorcista regio hay algo más trascendente que enfrentar al demonio.

"El trabajo más importante es el trabajo que hago durante toda la semana, buscando vivir en santidad", aclara.

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