Busca doña Julia ser productiva con su venta de dulces
A sus 83 años, doña Julia acude todos los días a la plaza principal de Guadalupe donde en una banca ofrece dulces a los ciudadanos
En la plaza principal de Guadalupe, en el corazón de la ciudad, en una de las bancas frente al Palacio Municipal, hay una banca que guarda algo más que descanso.
Allí, como todos los días después de las cinco de la tarde hasta las once de la noche, se sienta doña Julia Caja, una mujer de 83 años, que vende dulces con la paciencia de quien ha aprendido a resistir.
“Aquí en la plaza es mi diversión, me vengo para acá y me da un gusto porque aquí mucha gente me conoce, platico con la gente, me compran mis dulcitos, pero ya le digo, me siento bien a gusto”, compartió.
No tiene más que un pequeño carrito que jala con las pocas fuerzas que le quedan, pero con una voluntad envidiable de vender desde paletas hasta uno que otro cigarro, buscando ganar algo para su sustento.
Y le vende a todo aquel que necesite de un momento dulce o también brinda motivación gratis.
En su mirada hay historias no contadas.
Vive sola en una casa modesta que además tiene que pagar renta, hace dos años fue atropellada, imposibilitando muchos de sus movimientos y las enfermedades, ya forman parte de su día a día.
Algunos vecinos le ayudan con lo que pueden, pero ella a pesar de su edad, sale a vender sus dulces en la banca porque prefiere no depender de nadie,
Ella solo pide apoyo de la comunidad para obtener un colchón para descansar y una televisión para su casa, ubicada en el centro de Guadalupe, en la calle Josefa Ortiz de Domínguez, en el número 401, lugar donde puede ser ubicada, además de la plaza, ya que no cuenta con teléfono.
Doña Julia nos recuerda que mientras haya voluntad, siempre habrá dulces por vender y bancas donde esperar.
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