El área más afectada por la sequía es el lado norte, de donde se hará la remoción de 46 árboles muertos, los cuales serán reemplazados por ejemplares de la región.
Brenda Sánchez Castro, titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano Sostenible (Seduso) en el municipio, indicó que primero se hizo el análisis de riesgo para determinar que vegetación se iba a retirar.
“El día de hoy vamos a dar inicio a la remoción del arbolado que está decadente, en una etapa fitosanitaria ya en mal estado, decrépitos, mal formados que pueden representar algún riesgo.
“Por qué hacerlo ahorita, bueno, un tema era la canícula, la otra (razón) el estudio; la otra las precauciones, sin embargo, además de un tema ambiental, también era importante analizar el riesgo”, explicó la funcionaria.
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La reforestación de la Alameda tiene como base, estudios hechos por especialistas con asesoría de la Asociación Civil “Civitas”, y el Fondo Ambiental Metropolitano (FAM), que a su vez consideró un análisis técnico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL.
“Mucho del fracaso de los árboles plantados es una especie equivocada o un suelo empobrecido, por eso aquí empezamos con el análisis de suelo, queremos que sea un modelo para la ciudad”, abundó Alfonso Barragán, de “Civitas”.
Se notificó que en el proceso se cuidarán los árboles que tengan nidos para procurar las especies de aves que habitan en el parque.