El periodista y doctor en Comunicación, José Luis Esquivel Hernández, recordó que desde un principio la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio estuvo ensombrecida por la rebelión zapatista en Chiapas y porque en el propio PRI algunos empujaban la nominación de Manuel Camacho Solís, otro político cercano al presidente Carlos Salinas de Gortari.
A 30 años del asesinato de quien fuera el candidato priísta a la presidencia de la República, el periodista recordó que lo que permeó la campaña electoral fue un ambiente de intrigas y mafias.
"Iba a empezar en Chiapas, pero ante esa situación grave, cambió a Huejutla, Hidalgo. Lo que yo recuerdo es una verdadera guerra, también política, porque no estaban convencidos algunos grupos de que debiera ser Colosio porque empujaban por Manuel Camacho Solís. Empezaron las intrigas contra Colosio y todo eso, ya estaba el ambiente enrarecido en todo el país", refirió.
El periodista, quien tiene más de 50 años de experiencia y es maestro de comunicadores, aseguró que, tres décadas después, el crimen no solo no se resolvió, sino que, por el contrario: prevalecen más dudas. Y eso contribuyó a que creciera el mito del personaje.
"Yo creo que (su candidatura) no convenció a muchos, pero sucede la tragedia, lamentable, humana y política. Desde luego: crecieron sus bonos, y vienen los mitos, vienen las leyendas: "Es que iba a proceder contra...", "es que dijo igual que Martin Luther King: veo un... ", etcétera, y se empiezan a glorificar las figuras y termina en la confusión, porque ni siquiera sabemos al día de hoy cuál es la realidad de ese asesinato de parte de quienes dicen que fue uno, que fueron dos, los tiradores", declaró.
Esquivel Hernández explicó que Ernesto Zedillo, el relevo en la candidatura que sí llegó a ser presidente de México, gobernó seis años en medio de la crisis política, y tuvo que reconocer el triunfo de la Oposición.
"Fue una crisis severa, y las crisis permiten precisamente despertar. Pero, ¿qué ganó México? Ganó la apertura, no digamos que la democracia. Por lo menos la apertura, que se le llama democracia incipiente, imperfecta o lo que sea, pero no comparado con lo que había antes", consideró.
El catedrático lamentó que en el caso Colosio Murrieta no se sepa la verdad, pese a que ya pasaron treinta años.