En el mundo culinario mexicano, los tacos son una tradición arraigada y una delicia para el paladar, pero ocasionalmente surgen preocupaciones sobre la calidad de los ingredientes. En una reciente revelación impactante, se ha descubierto un posible caso de sustitución de carne en una puesto de barbacoa de Tizayuca, Hidalgo, que habría estado vendiendo carne de perro en lugar de la carne de borrego que se presume ofrecía.
De acuerdo con informes de medios locales, múltiples denuncias alertaron a las autoridades sobre la posibilidad de que se estuviera vendiendo carne de perro en un establecimiento de barbacoa en la zona. En respuesta, el departamento de reglamentos del ayuntamiento de Tizayuca realizó un operativo en el punto conocido como Los Conos, de la avenida Juárez, del municipio.
Según los informes, el ayuntamiento había emitido previamente tres notificaciones a los propietarios del puesto para que obtuvieran una licencia de funcionamiento, pero al no haber cumplido con este requisito, se llevó a cabo la intervención.
Aseguraron que que posteriormente las mercancías fueron puestas a disposición del comerciante, quien amenazó a servidores públicos y exigió un pago de 80 mil pesos como indemnización.
Durante la inspección, las autoridades revisaron las cajas en las que se almacenaba la carne, y supuestamente encontraron lo que parecía ser un cráneo de perro. Tomaron evidencia fotográfica del hallazgo y tomaron medidas para retirar el puesto, lo que provocó una reacción negativa por parte de los afectados, quienes negaron enérgicamente que estuvieran vendiendo carne de perro.
El supuesto dueño del establecimiento, entrevistado por Sonder Radio, rechazó categóricamente las acusaciones, asegurando que no venden carne de perro en su establecimiento. Argumentó que aquellos que llevaron a cabo la inspección no están familiarizados con la apariencia de las cabezas de borrego cocinadas de esa manera, lo que podría haber llevado a malentendidos.
También afirmó que los inspectores de reglamentos actuaron con violencia hacia sus hijos y destruyeron su comida frente a los clientes presentes en el lugar.
Tras la partida de los funcionarios del ayuntamiento, los vendedores de barbacoa decidieron bloquear la antigua carretera México-Pachuca. Utilizaron llantas que incendiaron para llamar la atención sobre su protesta. Se registraron manifestaciones en diversas vías, como Ciudad de Los Niños, el acceso a Sadassi y en Los Conos, donde se colocaron barricadas de troncos y piedras, y se prendieron neumáticos en llamas, con el fin de presionar a las autoridades para que investiguen el asunto.
Tanto los residentes locales como los comerciantes han demandado la presencia de la alcaldesa de Tizayuca, Susana Araceli Ángeles Quezada, para que dé explicaciones sobre los daños ocasionados y las supuestas difamaciones provenientes del departamento de reglamentos.
El escándalo ha suscitado gran controversia en la comunidad, y se espera que las investigaciones y los esfuerzos de las autoridades arrojen luz sobre la verdadera naturaleza de la carne vendida en el establecimiento.