La presidenta Claudia Sheinbaum encabezó la ceremonia conmemorativa del 700 aniversario de la fundación de México-Tenochtitlán (1325-2025) en el Zócalo de la Ciudad de México.
El evento, cargado de simbolismo, celebró la herencia mexica con más de 3500 danzantes de las comunidades de Pilares y Utopías, quienes recrearon la migración ancestral mexica desde Cincalco, en Chapultepec, hasta el Zócalo.
Acompañada por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada; el director del INPI, Adelfo Regino; y el general de la SEDENA, Ricardo Trevilla, Sheinbaum inauguró las festividades, enfatizando la identidad perdurable del pueblo mexicano y la importancia de reconocer las raíces indígenas.
El discurso de Sheinbaum destacó la conmemoración como un compromiso con el futuro, centrado en los derechos indígenas, la preservación cultural y la construcción de una nación plurinacional e incluyente.
“Tenochtitlán fue un símbolo de organización, de poder, de ciencia, de arte y de visión; fue centro de un mundo indígena que supo construir un modelo de civilización propio”.
También recordó el pasaje histórico, los mercados, los canales, las chinampas, los guerreros, los sabios, “para reconocer la grandeza y belleza de Tenochtitlán“, que describió como una ciudad de orden, de arte, de poder y poesía.
“Un pueblo que llegó de la nada para crearlo todo. Fue un imperio sólido, con leyes, ingeniería, cultura, astronomía, matemáticas y medicina”
El evento contó con una actuación de 31 minutos con 838 actores que representaron cuatro momentos históricos clave: la fundación de Tenochtitlán, la lucha contra la opresión tepaneca, el esplendor cultural y político de la ciudad y el México contemporáneo, con énfasis en las contribuciones de las mujeres indígenas.
Se inauguró el monumento Tlalmanalli en el Zócalo, y se proyectó el espectáculo de videomapping "Memoria Luminosa" en el Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana del 11 al 27 de julio.
Otras actividades incluyeron la ópera "Cuauhtémoc" en náhuatl, exposiciones y el programa Yólotl Anáhuac, que transformó el perímetro original de 23 km de Tenochtitlán en un sendero simbólico con arte e iluminación.
La ceremonia también abordó debates históricos.
La investigadora del INAH, Lorena Vázquez, afirmó que el 26 de julio de 1325 como la fecha de fundación más aceptada, basándose en el segundo paso cenital del sol, aclarando que la conmemoración de 2021, encabezada por el expresidente López Obrador, es un evento complementario.
Sheinbaum enfatizó que la conquista española fue una invasión, no un acto de civilización, con el objetivo de replantear la narrativa histórica de México para honrar sus cimientos indígenas.
“La herida más profunda a la que estamos obligados como mexicanos a curar”, aseveró la mandataria federal.
“Tenochtitlán es semilla que sigue luchando y enseña que la historia no se borra y que la raíz no se niega. La memoria es una semilla que, si no se cuida, no florece”.