Un matrimonio de turistas en València vivió un momento de angustia y alivio reciente tras olvidar a sus hijos pequeños en un autobús.
La familia, que visitaba la ciudad en la última semana de junio, se dio cuenta de su error después de bajarse del autobús de la línea 28 y continuar su recorrido.
Los niños, de 3 y 5 años, quedaron solos en el vehículo.
Al notar la ausencia de los padres, los pequeños se inquietaron y fueron rápidamente notados por otros pasajeros.
El conductor del autobús informó a la central de control de tráfico, que activó un operativo para asegurar a los menores y avisó a la policía.
Transcurridos unos 40 minutos, mientras se preparaban para trasladar a los niños a una comisaría, los padres finalmente llegaron en un taxi.
Según fuentes de la empresa municipal de transportes, llegaron "tremendamente angustiados pero profundamente agradecidos". Habían tomado un taxi de inmediato y le pidieron que siguiera al autobús de la línea 28 para recuperar a sus hijos.
El incidente, que salió a la luz recientemente, es ahora una curiosa anécdota sobre la gestión de emergencias urbanas y el valor de una rápida respuesta ante situaciones imprevistas.