Ashley Haugen y los médicos de su hija descubrieron que las perlas de agua pueden ser tóxicas, después de que Kipley Haugen se envenenó con ellas y ahora pide a las autoridades que prohiban su venta.
Cuando la hija de Ashley Haugen, Kipley, era una niña pequeña, le apareció un sarpullido y vomitaba. Los médicos no podían averiguar qué le pasaba. Resultó que había ingerido las pequeñas perlas absorbentes de agua con las que estaba jugando su hermana mayor. Las perlas pueden expandirse hasta 100 veces su tamaño cuando se exponen al agua.
"Durante la cirugía, descubrieron que las perlas de agua habían provocado un bloqueo en el intestino delgado", dijo Haugen.

Pero en las semanas siguientes, Kipley empezó a tener problemas de coordinación y de respuesta a las órdenes. Los médicos confirmaron que sufría retrasos en el desarrollo, lo que llevó a un diagnóstico de encefalopatía cerebral tóxica.
El caso de Kipley se publicó recientemente en la revista Pediatrics, en donde los autores también piden que se incluyan etiquetas de advertencia sobre los riesgos de ingestión en todos los productos que contienen perlas de agua.
Las perlas de agua pueden parecer inofensivas y divertidas, pero los autores de este informe piden que se prohíba su venta.
Las perlas de agua se comercializa como no tóxicas, ecológicas y biodegradables, por lo que todo el mundo piensa que son inofensivas.
"Las perlas de agua están hechas de poliacrilamida, y la acrilamida es una neurotoxina conocida. Nuestros productos de consumo y los productos químicos que se utilizan para fabricarlos no están bien regulados", dijo la Dra. Elizabeth Friedman, directora médica de Salud Ambiental del Children's Mercy Kansas City.
Kipley no fue la única niña que resultó afectada por estos productos, según datos de la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor, entre 2016 y 2022 se atendieron más de 7,800 lesiones por ingestión en los servicios de urgencias de Estados Unidos. En 2023, un niño de 10 meses murió tras tragar perlas de agua.