En el norte de Guinea Bissau, África, ocho mujeres acusadas de brujería perdieron la vida tras ser envenenadas, según informes oficiales.
La tragedia se desató después de la rápida muerte de dos jóvenes en Culadé, una localidad en la región de Cacheu, al norte del país.
Se dijo que los jóvenes habían muerto por una enfermedad, que les dio luego de supuestos actos de brujería.
En respuesta, señalaron a varios residentes como responsables y un curandero les administró una bebida envenenada.
Ocho mujeres mayores de 50 años fallecieron, y otras 21 están en estado crítico en un hospital en Sao Domingos.
Las autoridades condenaron estas prácticas arraigadas en la creencia en la brujería, prometiendo medidas para erradicar esta costumbre "triste e inaceptable" en pleno siglo XXI.
Este incidente se suma a otros similares en la región, subrayando la persistencia de creencias ancestrales.
En 2021 durante la pandemia de Covid-19, en la misma región, cuatro personas murieron en condiciones similares porque creían que la epidemia era también por acto de brujería.