Esta es la tercera jornada de búsqueda tras la sorpresiva y devastadora crecida del río Guadalupe que arrasó con un campamento de verano.
Las autoridades, rescatistas y familias continúan en la zona en medio de escombros, lodo y vegetación dañada, mientras la cifra de víctimas mortales asciende a 59, entre ellos 21 menores.
A pesar de los esfuerzos coordinados con helicópteros, botes y drones, el número exacto de desaparecidos sigue sin confirmarse.
“No queremos ni siquiera comenzar a estimar en este momento”, afirmó Dalton Rice, administrador del condado Kerrville.
El gobernador Greg Abbott declaró este domingo como día de oración en todo el estado y prometió que los equipos de emergencia seguirán trabajando día y noche.
"Insto a todos los tejanos a unirse a mí en oración... por aquellos que aún están desaparecidos y por la seguridad de quienes están en la primera línea", expresó en un comunicado.
Incluso desde el Vaticano, el papa León XIV también ofreció palabras de consuelo y rezos por las familias afectadas, destacando especialmente a las niñas del campamento.
Mientras algunos campamentos, como Mo-Ranch y Sierra Vista, evacuaron preventivamente a sus campistas desde el jueves, otros fueron sorprendidos por el desbordamiento fulminante del río, que subió más de ocho metros en solo 45 minutos.
El fenómeno ha sido descrito como una "inundación sin precedentes", pese a las alertas emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional. El evento deja al descubierto serios cuestionamientos sobre la preparación y el tiempo de reacción ante las advertencias.