Familia de sospechoso de tiroteo en Maine alertó antes

La familia del presunto culpable del tiroteo en Maine, alertó a la policía 5 meses antes, preocupado por su salud mental

La salud mental de Robert Card, quien asesinó a 18 personas, se había convertido en una preocupación para sus familiares.

La familia del pistolero que asesinó a 18 personas en Maine había contactado a la policía más de cinco meses antes del ataque, expresando preocupaciones sobre la salud mental de Robert Card y su acceso a armas, según el sheriff local. 

Además, funcionarios y agencias gubernamentales también habían manifestado su inquietud sobre Card y el posible riesgo que representaba para otros, mucho antes de que la tragedia se desatara en Lewiston.

Las preocupaciones se extendieron incluso al temor de que Card pudiera cometer actos de violencia masiva.

En septiembre, la oficina del sheriff local recibió una carta que indicaba que un compañero soldado de Card, quien había servido con él en la Reserva del Ejército, creía que Card podría “romperse y cometer un tiroteo masivo”.

A pesar de estas repetidas preocupaciones y advertencias, las autoridades no pudieron localizar a Card en las semanas previas al tiroteo, según registros públicos hechos disponibles el lunes por la noche.

Después del tiroteo de la semana pasada, el atacante desapareció, lo que llevó a una búsqueda que duró casi dos días antes de que las autoridades encontraran su cuerpo. Se cree que se suicidó.

El sheriff Joel Merry declaró que miembros de la familia de Card se comunicaron con su oficina el 3 de mayo.

Los familiares expresaron preocupación por la salud mental de Card, que había comenzado a deteriorarse en enero, y manifestaron inquietudes sobre su bienestar y su acceso a armas de fuego.

El 3 de mayo señaló que la ex esposa de Card informó que él había recogido entre 10 y 15 pistolas/rifles de la casa de su hermano recientemente, y que el hijo adulto de Card mencionó que parecía estar escuchando voces desde enero.

A pesar de estos esfuerzos, Card logró acumular un arsenal y su salud mental seguía deteriorándose.

Los temores aumentaron en septiembre, cuando un soldado que había sido amigo de Card lo reportó por haberlo agredido mientras conducían. Este soldado también expresó su temor de que Card llevara a cabo un tiroteo masivo.

A pesar de las advertencias, Card continuó siendo una amenaza.

El 16 de septiembre, un oficial visitó su residencia en un intento de verificar su bienestar, pero Card no estaba en casa.

Las preocupaciones sobre su seguridad se compartieron entre las fuerzas del orden y las fuerzas militares, y se emitió una alerta para que otras agencias de seguridad estuvieran atentas a Card.


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