¿El fin de la monarquía británica? Esta profecía la amenaza

Esta profecía data del siglo XVII, cuando reinaba Carlos II y señala que el destino de Gran Bretaña estaba en los cuervos que habitaban en la Torre de Londres

Desde hace tiempo, el cuervo está considerado como un ave de mal agüero debido a su plumaje negro, su grito ronco y su necrofagia.

Sin embargo, para los miembros de la corona británica, representan algo más que solo ser aves, pues según una 'profecía', su ausencia de la Torre de Londres significaría la caída del reino.

Esta profecía data del siglo XVII, cuando reinaba Carlos II y señala que el destino de Gran Bretaña estaba en los cuervos que habitaban en la Torre de Londres. Si las aves se retiraban, el edificio se desmoronaría y, con él, también lo haría el reino.

Es por eso que a lo largo de tres siglos que ha perdurado esta creencia, la Corona tiene designado a un grupo especial de soldados dedicados a cuidar y alimentar a los siete cuervos, Jubilee, Harris, Gripp, Rocky, Erin, Poppy y Merlina, defensores del Imperio Británico.

Una leyenda atribuye el comienzo de la tradición de guardar cuervos con alas recortadas en la Torre de Londres a Carlos II y a su astrónomo real John Flamsteed. Según una leyenda, John Flamsteed se quejó a Carlos II de que los cuervos salvajes volaban por delante de su telescopio, lo que dificultaba la observación del cielo desde su observatorio en la Torre Blanca. Flamsteed pidió que se retiraran las aves, pero Carlos II se negó a cumplir esta petición.

También existe otra leyenda que atribuye la presencia de los cuervos en la Torre al gran incendio de Londres en 1666. ​Después del incendio, parece que los supervivientes empezaron a capturar todos los cuervos, pero Flamsteed explicó a Carlos II que matar a todos los cuervos sería de mal agüero y que el reino no sobreviviría al último cuervo. Carlos II ordenó entonces que seis cuervos se quedaran en la torre de Londres.

Cuervos certificados como soldados

Durante la Segunda Guerra Mundial, solo un cuervo fue capaz de sobrevivir a las dificultades del bombardeo, por lo que el primer ministro, Winston Churchill, ordenó que se trajeran más cuervos para aumentar la población de la zona.

Los cuervos de la Torre fueron alistados en calidad de soldados del Reino, y se emitieron tarjetas de certificación como las de los soldados. E igual que los militares, los cuervos podían ser despedidos por conducta insatisfactoria o incorrecta.

La primera referencia a una versión temprana de la leyenda de que Gran Bretaña caería si los cuervos abandonasen la Torre data de julio de 1944, cuando los cuervos sirvieron como observadores no oficiales para las bombas y los aviones enemigos durante el Blitz.

Cuidados y Dieta

Estos cuervos no pueden volar porque las plumas de vuelo de una de sus alas están recortadas. Con un ala recortada, solo pueden volar distancias cortas. Los cuervos de la Torre reciben nombres individuales y están bajo el cuidado de los beefeaters (guardianes ceremoniales de la Torre de Londres). La dieta de los cuervos se mantiene cuidadosamente, e incluye fruta fresca, queso y carne fresca, así como vitaminas y otros suplementos.

Incidentes

El cuervo George perdió su nombramiento de la Corona y fue retirado a Gales por atacar y destruir antenas de televisión. Se publicó un decreto especial sobre el incidente. En 1981, el cuervo Grog cambió los aledaños de la Torre por los de un pub, después de 21 años de fiel servicio a la Corona. Un cuervo llamado Mabel fue secuestrado de la Torre poco después de la Segunda Guerra Mundial, un misterio que nunca ha sido resuelto.


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