Ataques insurgentes dejan 32 fallecidos en Pakistán
El sur de Pakistán se vio sacudido por una serie de ataques violentos este lunes, 26 de agosto de 2024, dejando un saldo de al menos 32 personas muertas y varias más heridas.
Los ataques ocurrieron en la provincia empobrecida y conflictiva de Baluchistán, una región conocida por su inestabilidad y violencia crónica relacionada con conflictos étnicos, sectarios y separatistas.
En el incidente más mortífero, al menos 22 personas que viajaban en autobuses y camiones fueron asesinadas por un grupo de insurgentes armados que interceptaron los vehículos en una carretera entre las provincias de Punyab y Baluchistán.
Los atacantes, aproximadamente 25 hombres fuertemente armados, bloquearon la carretera y obligaron a los pasajeros a descender tras verificar sus tarjetas de identidad.
Según Najibullah Kakar, un alto funcionario en Musakhel, los atacantes seleccionaron a las víctimas en función de su etnia y lugar de origen.
Diecinueve de los fallecidos eran originarios de Punjab, mientras que los otros tres eran residentes locales de Baluchistán, en su mayoría trabajadores que se trasladaban por motivos laborales.
Cabe mencionar que la situación en Baluchistán es complicada, ya que la provincia enfrenta múltiples frentes de violencia a manos de militantes islamistas, grupos sectarios y rebeldes nacionalistas que buscan la independencia o al menos una mayor autonomía.
En otro ataque separado, hombres armados mataron a diez personas, incluidos cinco policías y cinco civiles, en el distrito de Kalat, también en Baluchistán.
Este ataque formó parte de una serie de atentados coordinados que ocurrieron en diferentes partes de la provincia. Los insurgentes también atacaron una estación de policía en Kalat, según confirmó Ihsanullah Khan, un oficial de la policía local.
La violencia continuó con la detonación de una vía férrea en la región de Bolan y el daño a un gasoducto en el área de Dera Bugti.
Shahid Rind, un portavoz gubernamental provincial, informó que los terroristas habían lanzado ataques en al menos tres regiones diferentes, apuntando a infraestructuras críticas como vías ferroviarias, un gasoducto y una estación de policía.
Los ataques a trabajadores de fuera de Baluchistán son comunes, especialmente contra aquellos involucrados en proyectos de infraestructura como parte del plan de inversión de 62,000 millones de dólares de China en Pakistán.
La región, que es la más grande pero también la más volátil y pobre de Pakistán, sigue siendo un campo de batalla entre el gobierno y varios grupos insurgentes que buscan capitalizar el descontento local y la falta de desarrollo en la provincia.
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