Más allá del brillo del escenario, los hits globales y una carrera que lo posicionó como figura clave del reguetón desde principios de los 2000, Wisin enfrentó un dolor que no conoce de fama: la muerte de su hija recién nacida. Fue en el pódcast Cara a Cara con Rodner donde el artista se sinceró, reviviendo una etapa que lo quebró por completo.
Corría septiembre de 2016 cuando la vida del puertorriqueño cambió para siempre. Su bebé, Victoria, falleció a causa de la Trisomía 13, una enfermedad genética grave, sin cura, que compromete severamente el desarrollo físico y neurológico. Ante la impotencia, el dolor se volvió abrumador, y Wisin llegó a un punto en que no veía salida.
“Sé que hay mucha gente que está tomando decisiones incorrectas o que ha pensado en quitarse la vida, que yo en un momento lo pensé con lo de Victoria. Llegan esos pensamientos negativos a tu mente de... El que debes morirte eres tú’”, señaló.
Aun así, el reguetonero encontró en el amor de su esposa y en su espiritualidad los pilares que evitaron su caída.
“Fue ella quien me sostuvo, quien no me dejó solo. Aunque suene fuerte, creo que lo que ocurrió me permitió ver la vida con otra mirada”, reflexionó.
La condición que padecía Victoria, la Trisomía 13, es una alteración genética producida por la presencia de un cromosoma 13 adicional. De acuerdo con la Clínica Mayo, provoca malformaciones severas y tiene una tasa de supervivencia extremadamente baja. Pese al esfuerzo, la pequeña no logró superar la enfermedad.
Hoy, Wisin sigue firme en la música, cosechando logros. Pero lleva consigo una historia marcada por la pérdida, el aprendizaje y la fuerza que nace del amor.
