Tras la muerte del legendario vocalista de Black Sabbath, Ozzy Osbourne, ocurrida el pasado 22 de julio, el cantante Rod Stewart comenzó a dedicarle la canción "Forever Young" en sus presentaciones. Al principio, la dedicatoria fue acompañada por una imagen sencilla proyectada en pantalla.
Sin embargo, el tributo dio un giro inesperado con una proyección digital generada mediante inteligencia artificial mostró a Osbourne en una especie de “cielo”, tomando selfies con celebridades fallecidas del mundo de la música, mientras sonaba la canción.
La escena, que pretendía ser un homenaje artístico, fue rápidamente catalogada como insensible por numerosos usuarios. Las redes sociales se llenaron de comentarios que cuestionaban tanto el uso de tecnología para manipular la imagen de artistas muertos como el tono casi caricaturesco de la representación.
La polémica se intensificó aún más durante el espectáculo ya que al finalizar la canción, el cantante británico se dirigió al público con:
“Es muy triste. Muchos de esos artistas murieron por las drogas… ¡pero yo sigo aquí!”.
A pesar de las críticas, Stewart sí expresó su dolor públicamente por la pérdida de Osbourne. En su cuenta de Instagram, se despidió de su colega con palabras de afecto y una promesa de reencuentro en “el más allá”, dando cuenta del impacto emocional que la noticia tuvo en él.