Nuevo León.- Todo era fiesta e ilusión...Desde temprano las familias, como la de Daniel Zúñiga, se prepararon con la "carnita asada", para disfrutar de la final del Mundial de Clubes.Era un partido histórico y la meta era que los Tigres de la UANL trajeran la copa a San Nicolás.Terminó el primer tiempo y la esperanza seguía intacta; la fiesta no paraba.Cayó el gol del Bayern y era inevitable que los aficionados no cayeran en la desesperación, nerviosismo y hasta el enojo.Pero al final se reconoció la participación de los auriazules.A final de cuentas la fiesta de la final se vivió como solo los regios lo saben hacer. te puede interesarSigue la crisis: Tigres empata 1-1 con Puebla