Como parte de las celebraciones en honor al Santo Cristo de la Capilla, una de las tradiciones más representativas en Saltillo es la elaboración y entrega del ramo, cuyo simbolismo está profundamente ligado a elementos de la fe católica y la liturgia de la Semana Santa.
De acuerdo con integrantes del comité organizador y cronistas locales, el ramo tradicionalmente está compuesto por ramas de palma, laurel y, en algunos casos, adornado con flores o listones, cada uno con un significado particular dentro del contexto religioso.
El color verde predomina como representación de la esperanza y la vida, en alusión a la renovación espiritual. Por su parte, el blanco simboliza la pureza y la resurrección, elementos fundamentales en la doctrina cristiana.
Estos colores se integran en los arreglos como parte del mensaje de fe y devoción que los fieles expresan al portar o colocar estos ramos ante la imagen del Santo Cristo.
"Para mí, el ramo es una forma de llevar un pedacito de la bendición del Santo Cristo a mi casa.
Cada año lo coloco detrás de la puerta y siempre siento que me protege", compartió doña Socorro Martínez, vecina del barrio La Guayulera, quien acude desde niña a la celebración.
La entrega del ramo, que se realiza año con año durante la festividad, también ha sido interpretada como una ofrenda de gratitud o petición por favores recibidos.
En algunos casos, las personas los conservan en sus hogares como símbolo de protección y bendición.
"Yo le hice una promesa al Santo Cristo cuando mi hijo estaba enfermo, y desde entonces vengo cada año.
El ramo que le ofrezco lo hago con mis propias manos, y mientras lo preparo, le voy rezando", relató la señora Teresa Aguilar, quien viaja desde Ramos Arizpe con su familia.
Esta tradición, vigente desde hace más de tres siglos, forma parte esencial de la identidad religiosa y cultural de Saltillo, y cada año convoca a miles de devotos que acuden a rendir homenaje al Santo Cristo, considerado el patrono de la ciudad.
"El ramo no es solo un adorno, es una expresión de fe profunda.
Representa nuestras súplicas, nuestras gracias y también nuestra esperanza", explicó uno de los integrantes del comité litúrgico de la Catedral de Santiago.
Además del simbolismo, el acto de entregar el ramo también fortalece los lazos comunitarios, ya que muchas familias y barrios participan colectivamente en su elaboración.
"En mi colonia nos organizamos para hacer los ramos entre varias vecinas.
Es una costumbre que nos une y que también transmitimos a nuestros hijos", agregó Miriam Pérez, joven madre de familia.
La tradición del ramo del Santo Cristo de Saltillo es, así, un reflejo de la devoción popular que se renueva año con año, con un fuerte arraigo que trasciende generaciones y que mantiene viva la espiritualidad de toda una ciudad.