Ante la cercanía del próximo ciclo escolar, comerciantes especializados en la venta de uniformes escolares lanzan una clara recomendación: comprar con anticipación para evitar contratiempos.
“Primero los uniformes y luego las vacaciones”, es la frase que repiten quienes conocen el ritmo de este negocio, donde las aglomeraciones y los retrasos en las entregas son comunes cuando se deja todo para el último momento.

Tomarse el tiempo necesario, aseguran, garantiza tranquilidad tanto para los padres como para quienes confeccionan y distribuyen estos productos.
Patricia González, comerciante con años de experiencia en el ramo, asegura que “hay que prever”, una opinión que también comparten algunos padres de familia conscientes de la importancia de organizarse.
Sin embargo, no todos piensan igual. “Primero las vacaciones o la diversión y luego la educación”, opinan otros, priorizando el descanso y el entretenimiento antes de cumplir con las responsabilidades escolares.

En resumen, mientras algunos padres optan por adelantar la compra de uniformes antes de salir de vacaciones, otros prefieren postergar esa tarea para después de su descanso.
Para los comerciantes, no hay tregua: las vacaciones no existen cuando el trabajo apremia. Como dice el dicho popular que muchos repiten en el sector: “Primero lo que deja”.