Una joven de solo 21 años, identificada como Mariza, quedó en libertad luego de pasar algunas horas en prisión tras ser acusada de violencia familiar.
Los hechos se registraron cuando elementos de la policía de Saltillo acudieron a un reporte en el estacionamiento de un centro comercial ubicado al sur de la ciudad. Allí, los preventivos se entrevistaron con el esposo de la ahora detenida, quien les dijo que momentos antes había sido golpeado.
Ante esta situación, los policías procedieron a ejecutar la detención de la joven, quien fue señalada de maltrato físico por su propio esposo.
Sin embargo, después de unas horas, la acusada quedó en libertad, ya que su esposo no sostuvo la denuncia ante las autoridades del ministerio público. Ante esta situación, Mariza quedó en libertad.