Los señalamientos de negligencia en el IMSS Coahuila continúan, y la región sureste, así como la capital del estado, no son la excepción. El pasado fin de semana, la falta de atención, profesionalismo y dedicación por parte del personal de salud del IMSS resultó en la trágica muerte de un joven de apenas 26 años.
Este joven, que estaba a punto de graduarse en su carrera técnica profesional en agosto, acudió al IMSS con dolor y recibió una inyección para aliviarlo. Sin embargo, cinco días después, perdió la vida.
Lamentablemente, esta historia se repite constantemente en cada clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde los pacientes reciben tratamiento para el dolor que, en última instancia, les cuesta la vida.
Parece que se ha perdido el sentido de servicio y el profesionalismo en la atención de los pacientes.

Además, la protección del sindicato del IMSS, a cargo del doctor Alejandro Cantú, solo cubre un horario y no garantiza la protección ni la salvaguarda de vidas.
Es una tragedia más que se suma a las muchas que ocurren por confiar en el Instituto Mexicano del Seguro Social en Saltillo. Tal vez habría sido mejor optar por atención médica privada.

Esto plantea la pregunta: ¿qué está sucediendo con los médicos y enfermeras del IMSS que parecen trabajar únicamente para cumplir un horario, administrar inyecciones y medicamentos para aliviar el dolor, y no responden efectivamente en situaciones de urgencia, viendo morir a sus pacientes?
Mientras tanto, el líder sindical Alejandro Cantú y el delegado del IMSS, Leopoldo Santillán, actúan como si todo estuviera bien en el servicio a los derechohabientes de Coahuila.