Mientras que en distintas regiones del país la Nochebuena se celebra con platillos como romeritos, bacalao, pavo, carne asada o tamales, en Saltillo existe una tradición profundamente arraigada que distingue a la capital coahuilense.
Cada año, familias enteras acuden al sur de la ciudad para adquirir uno de los platillos más representativos de la temporada: el cabrito.
Desde días previos a la Navidad, productores dedicados a la crianza de cabritos se instalan a bordo de sus camionetas en las inmediaciones de la central de autobuses, donde ofrecen cabrito fresco, cabrito de leche 100 por ciento regional.

Este punto se convierte en un sitio de reunión para quienes buscan mantener viva la costumbre de preparar este platillo durante la cena navideña.
La venta de cabritos en esta zona confirma la importancia cultural y gastronómica que tiene este alimento para Saltillo, ciudad que incluso cuenta con un Festival del Cabrito y es reconocida como la capital del cabrito en México.
Esta tradición no solo fortalece la identidad local, sino que también impulsa la economía de los productores de la región en una de las fechas más significativas del año.