Entre flores blancas, veladoras y abrazos solidarios, decenas de personas de distintos estados del país se reunieron este martes en la Capilla Latinoamericana de Saltillo para despedir a Blanca Isabel Martínez Bustos, fundadora del Centro para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios y una de las voces más emblemáticas en la lucha por los desaparecidos en México.
El funeral congregó a familiares de víctimas, representantes de colectivos de búsqueda y activistas que viajaron desde diversas regiones para rendir homenaje a quien consideran una pionera en la defensa de los derechos humanos y en la creación de los primeros movimientos ciudadanos dedicados a la localización de personas desaparecidas.
Durante la ceremonia, integrantes de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila y México (FUUNDEC-M) recordaron su papel decisivo en la formación de los colectivos, la creación de mecanismos de búsqueda y el impulso de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada, así como su trabajo conjunto con organismos internacionales como la ONU, Amnistía Internacional y la Cruz Roja Internacional.
La activista Brenda Ivonne Rangel Ortiz, integrante de FUUNDEC-FUNDEM, destacó que Blanca Martínez fue “una gran aliada en la búsqueda de personas desaparecidas”, y recordó que fue “pionera en la creación de los colectivos de investigación en el país” desde 2009. Subrayó que su liderazgo permitió establecer protocolos y mecanismos nacionales, además de colaborar con organismos internacionales en favor de las familias.
Por su parte, Arlette Rangel, también integrante de los colectivos de búsqueda, señaló que la muerte de Blanca representa “una gran pérdida para el país y para miles de familias”. Aseguró que el mejor homenaje será “seguir empujando la lucha por los desaparecidos”, tal como ella lo enseñó, desde la empatía y la unión entre las familias.
En tanto, María del Rosario Cano, madre de un joven desaparecido e integrante de Desaparecidos Justicia de Querétaro, afirmó que Blanca Martínez “llegó hasta la ONU y trajo la ONU a México”, en alusión a su labor de incidencia internacional. Añadió que “se va como las grandes, dejando una huella imborrable” en el movimiento por los derechos humanos y la búsqueda de verdad y justicia.
Las familias destacaron que Blanca Martínez no solo acompañó procesos legales y sociales, sino que también formó generaciones de defensores y familiares en búsqueda, transmitiendo un modelo de trabajo basado en la empatía, la dignidad y la solidaridad.
El nombre de Blanca Martínez, quien falleció debido a complicaciones de una cirugía programada, resonó como símbolo de resistencia y esperanza en medio de una realidad marcada por la ausencia.
Para los colectivos, su partida deja un vacío profundo en los colectivos de búsqueda, pero también un compromiso compartido: continuar la lucha que ella inició hace más de quince años, cuando la búsqueda de los desaparecidos era todavía una causa solitaria.
Su cuerpo, fue cremado y despedido entre aplausos y consignas, mientras los asistentes prometían mantener viva su memoria y seguir trabajando “por verdad, justicia y reencuentro”, tal como Blanca lo enseñó, y por lo cual también este miércoles se realizará en una misa con las cenizas presentes en la catedral de Saltillo a las 12:00 horas.