Dependencias federales que antes impulsaban proyectos productivos en comunidades rurales han quedado reducidas a simples oficinas administrativas sin impacto en el campo, denunció Antonio Trejo Rodríguez, líder social y dirigente de la asociación civil Accion Revolucionaria de Coahuila (ARDEC).
Explicó que desde el inicio del actual sexenio federal dejaron de fluir recursos destinados a infraestructura agrícola y aprovechamiento de recursos naturales, por lo cual la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza), que llegó a operar con más de 300 empleados en Saltillo, hoy apenas mantiene entre 10 y 15 trabajadores dedicados únicamente a concluir trámites de ejercicios anteriores.
Trejo recordó que la Conaza fue clave en proyectos comunitarios como perforación y equipamiento de pozos, sistemas de riego, construcción de bordos de agua, colocación de geomembranas y plantaciones de nopal y orégano.

“Cada proyecto podía alcanzar montos de hasta cinco o seis millones de pesos para grupos de productores; incluso en algunos años el presupuesto superó al de la propia Secretaría de Desarrollo Rural del Estado”, señaló.
Indicó que el debilitamiento de la Conaza se profundizó con la llegada del programa Sembrando Vida, el cual desplazó los esquemas productivos anteriores sin ofrecer alternativas para regiones áridas de Coahuila.
“Aquí no había plantíos ni activos que se ajustaran a ese modelo y desde entonces la Conaza quedó sin funciones operativas; sus instalaciones son hoy elefantes blancos”, afirmó.
El dirigente de ARDEC agregó que otras dependencias como la Sagarpa también operan con personal mínimo y solo reparten apoyos menores como fertilizantes, sin la cobertura que tuvieron en años anteriores.
Finalmente, advirtió que la cancelación de estos programas no solo frenó la productividad rural, sino que dejó inconclusos proyectos de largo plazo que permanecen bajo auditoría o revisión jurídica.
“Hoy solo quedan trámites administrativos, pero no hay nada operativo que beneficie directamente al campo”, concluyó.