Variaciones del sueño son previas a cambios físicos en pubertad

La variación de hábitos de sueño, en lugar de los cambios físicos, serían la primera señal de la llegada a la pubertad

La pubertad no es una etapa de variaciones físicas únicamente, sino también de cambios en el cerebro, la conducta, la regulación de las emociones y los patrones de sueño. La idea solía ser que el desarrollo físico es anterior, o simultáneo, al cambio de los hábitos de sueño. "El estudio demuestra que los cambios en los patrones de sueño son previos a los cambios físicos y se pueden considerar una manifestación temprana de la pubertad", dijo Avi Sadeh, de la Universidad de Tel Aviv en Israel, a Reuters Health. "Eso, para los padres, significa que el patrón de sueño de los hijos sufre cambios importantes a una edad en la que, inmediatamente después, tendrá cambios físicos", añadió. Significa también que los padres deberían estar atentos a potenciales problemas de sueño, como somnolencia diurna o problemas escolares, a una edad bastante temprana. En el estudio, publicado en la revista Sleep, se controló a 94 niños, de entre 9 y 11 años al inicio. Se los evaluó tres veces en dos años con un dispositivo de muñeca, que controló los patrones de sueño durante una semana. En el tiempo, los niños comenzaron a dormirse más tarde (unos 50 minutos) y dormir menos (unos 37 minutos). Algunos empezaron a despertarse más seguido a la noche. Todos esos cambios predecían el inicio de los cambios de la pubertad. No así lo opuesto. Según Sadeh, los cambios del sueño, como los observados, afectan la conducta de los niños y la capacidad de rendimiento diurno. "Por otros estudios, sabemos que los cambios bruscos del sueño a esa edad causan somnolencia diurna excesiva y problemas emocionales, cognitivos y escolares", dijo Sadeh. "Los padres deben conocer los riesgos y tratar de supervisarlos para prevenir todo patrón caótico del sueño que exacerbe los problemas", agregó el experto. Los investigadores recomiendan que los adolescentes duerman nueve horas por noche. Para lograrlo, la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño recomienda que los niños tengan una rutina de horarios para dormir, eviten descansar de más los fines de semana y no lean, miren televisión ni hablen por teléfono en la cama. FUENTE: Sleep, 1 de diciembre del 2009


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